El Vaginismo es una disfunción sexual génito pélvica que produce dolor cuando ocurre la penetración, ya sea por una relación sexual o situaciones ginecológicas. Su incidencia es desconocida, ya que muchas mujeres no consultan con un especialista por sentir temor o vergüenza, y muchas veces es un diagnóstico pasado por alto en la consulta ginecológica.

Este tipo de disfunción sexual femenina tiene impacto en la calidad de vida de la mujer, de cualquier orientación sexual, a través de sus relaciones de pareja y autoestima.

¿Cómo se manifiesta?

En general, se presenta como una contracción involuntaria de los músculos del piso pélvico ante la ‘amenaza’ inminente de la penetración, generando un círculo vicioso de dolor y angustia.

¿Por qué motivos se puede dar esta disfunción?

Se relaciona muchas veces con el antecedente de experiencias traumáticas previas, educación restrictiva, temores infundados respecto al tamaño de la vagina o el himen. En otras ocasiones, una mujer que ha tenido previamente una vida sexual plena puede desarrollar vaginismo secundariamente en el postparto, la menopausia o ante otras circunstancias.

Existen dos componentes importantes relacionado a esto:

• Emocional: miedo o aversión a ser penetrada.
• Físico: contracción involuntaria de los músculos del piso pélvico que rodean el canal vaginal.

“Lo más importante es que el vaginismo tiene tratamiento, el cual es multidisciplinario e involucra consulta ginecológica para buscar causas físicas del dolor, kinesiología y psicología, con una tasa de éxito que supera el 80%”, nos afirma la Dra. Camila Bunel, gineco-obstetra de nuestra Red de Salud.

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