Independientemente del motivo, la prematuridad es un factor de riesgo asociado a ciertos problemas de salud y, por eso, los neonatos prematuros permanecen hospitalizados hasta que son capaces de regular adecuadamente su temperatura corporal, se alimentan correctamente por succión y no presentan episodios de apnea. 

Se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación. Los niños prematuros se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional:

• Prematuros extremos (menos de 28 semanas).
• Muy prematuros (28 a 32 semanas).
• Prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).

Cuidados del niño o niña prematura en los primeros días en casa:

1. Alimenta a tu hijo cada 2-3 horas con leche materna extraída, alternada con pecho directo, o según las instrucciones del alta hasta que se logre un buen aumento de peso.
2. No lo expongas a personas enfermas. Si mamá o papá se enferma, deben ponerse una mascarilla para no contagiarlo.
3. Cambia la posición de apoyo de la cabeza de tu hijo(a) durante el día. Vigila que se apoye alternadamente en ambos lados, así evitará que se aplane un lado de la cabecita.
4. Evita sobre abrigarlo, ya que los niños pequeños tienden a dormirse y no se alimentan bien. Debes fijarte que esté a una temperatura de piel parecida a la tuya y que no transpire.
5. Para el baño se recomiendan jabones suaves, de tipo syndet (sin detergente), el que debe usarse 1-2 veces por semana.
6. El niño debe dormir de espaldas en su cuna, con los brazos afuera del cobertor y sobre una superficie más bien dura, sin almohadas.
7. No lo expongas a agresiones como humo del cigarrillo ni lo acerque a personas que hayan fumado y que tengan su ropa con olor a tabaco.
8. En invierno utiliza exclusivamente estufas eléctricas. En verano no lo expongas al aire acondicionado.