Chile está marcando hitos en su historial deportivo, primero con el éxito de los Juegos Panamericanos y, actualmente, con los Parapanamericanos de Santiago 2023, inspirando a miles a seguir la senda de superación. Una de las discapacidades que está debutando en este evento son las disciplinas de los atletas con parálisis cerebral.

En UC CHRISTUS, estamos comprometidos con la salud y el deporte. Motivo por el cual conversamos con la Dra. Teresita Risopatrón, médica fisiatra UC CHRISTUS, para saber con mayor exactitud de qué trata este trastorno.

Lo primero es entender que la parálisis cerebral (PC) es un conjunto de trastornos que afectan el movimiento y/o la postura, a causa de una lesión no progresiva sobre un cerebro inmaduro. La lesión cerebral puede ocurrir antes, durante o después del parto. Al ser esta una lesión cerebral, se pueden ver afectados otros sistemas diferentes al motor, y producir epilepsia, baja visión, discapacidad intelectual o auditiva, entre otros.

Las personas con PC tienen diferentes niveles de funcionamiento motor, formando un espectro amplio que va desde personas completamente autovalentes hasta aquellas que requieren asistencia en la mayoría de sus actividades.

Parálisis Cerebral y Deporte

La Dra. Risopatrón explica que las personas con PC pueden realizar cualquier tipo de deporte, según su nivel funcional, tanto como individuales o grupales, deportes de carrera, de lanzamiento, con balón, en silla de ruedas, etc.

“Cada deporte paralímpico tiene su propio sistema de clasificación funcional, lo que implica que las competencias se producen entre personas con funcionamiento equivalente, independiente del diagnóstico de base. El acceso a estos deportes va a depender del lugar donde se desenvuelva la persona, ya que las normas de accesibilidad universal y las prácticas deportivas de alto rendimiento no tienen una distribución homogénea a lo largo del mapa”, sostiene.

No obstante, la especialista argumenta que el primer gran desafío que hay en Chile es el acceso a la infraestructura y equipamiento necesario para la práctica deportiva. La imposibilidad de acceder a gimnasios o a canchas por la ausencia de ramplas, falta de sillas de ruedas deportivas especializadas, por ejemplo. Incluso, la escasez de entrenadores con experiencia en el área.

“Falta difusión y formación en torno al deporte adaptado, tanto en el ámbito educativo como sanitario. Como sociedad tenemos un camino por recorrer en este punto, hasta llegar a comprender la inclusión también como la diversidad funcional en la población”, señala la fisioterapeuta.

Otro punto importante para las personas con discapacidad es adquirir la confianza o la orientación adecuada acerca de su potencial para desempeñar una actividad física a nivel deportivo, ya sea recreativo o competitivo.

Desafíos para atletas con parálisis cerebral

Los desafíos particulares en este grupo van a depender de los déficits que tenga el atleta y de su nivel funcional, ya que no es lo mismo tener baja visión que un déficit motor, así como tampoco tener debilidad o reducción de la movilidad articular en 2 que en 4 extremidades. “Por ejemplo: el tenis en silla de ruedas tiene una categoría “abierta” para aquellos atletas con brazos funcionales y una categoría “quad” para los que tienen limitaciones en el brazo de juego. Y así ocurre con casi todos los deportes”, indica la Dra. Teresita Risopatrón.

Las adaptaciones deportivas van en acuerdo a los implementos deportivos o ayudas técnicas utilizados, ya sea la raqueta, el balón, la silla de ruedas, etc. Es importante saber que existen muchos tipos de sillas de ruedas: con respaldo alto o bajo, con y sin apoyabrazos, con inclinación de ruedas para dar mayor estabilidad, con ruedas antivuelco, cinturón de seguridad, etc. En definitiva, todo dice relación al nivel funcional del atleta y al deporte que desee practicar. Estos aspectos están normados por los comités paralímpicos internacionales. 

Los desafíos particulares tienen que ver también con la etiología de la discapacidad. En el caso de los atletas con PC, pueden tener dificultades para regular la temperatura, pueden generar aumentos del tono muscular al realizar un esfuerzo, fatigarse más precozmente que los atletas convencionales y eventualmente, mayor riesgo de lesiones y dolor que puedan interferir con el alto rendimiento deportivo.