Los Trastornos de la Conducta Alimentaria afectan a millones de personas en todo el mundo, sin distinción de edad, género o condición social, y pueden tener consecuencias físicas y psicológicas graves si no se tratan adecuadamente.

Este día busca visibilizar la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y el acceso a tratamientos eficaces y compasivos. Familiares, profesionales de la salud, sobrevivientes y organizaciones se unen para compartir información, historias personales y recursos que pueden ayudar a quienes están atravesando un trastorno alimentario.

¿Qué son los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)?

Son patologías mentales graves biológicamente influenciadas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos trastornos se presentan con comportamientos alimentarios anormales, acompañados por una distorsión en la percepción de la imagen corporal, una preocupación excesiva por el peso y por la comida. Estos comportamientos persistentes pueden afectar y deteriorar significativamente la salud física, mental y el funcionamiento psicosocial de quienes los padecen y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte, siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición.

“En un contexto social donde la presión estética y los ideales corporales poco realistas siguen siendo promovidos, es fundamental fomentar una cultura de aceptación corporal y bienestar emocional. Este día es una oportunidad para recordar que los trastornos de la conducta alimentaria no son una elección, sino enfermedades complejas que requieren apoyo, comprensión y acción colectiva para ser superadas”, afirma la Dra. Melina Vogel, psiquiatra y Jefa del Instituto de Neurociencias UC CHRISTUS.

El diagnóstico y el tratamiento oportuno son fundamentales y éste último debe ser interdisciplinario, es decir, con la intervención de un equipo de profesionales médicos, enfermeros, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, terapeutas del movimiento, terapeutas ocupacionales, según los requerimientos de cada paciente y el abordaje particular de cada caso según los síntomas presentes. Además, se debe tener presente que no sólo el paciente necesita orientación y seguimiento sino también su entorno familiar, el cual se ve gravemente afectado.