En Chile, esta conmemoración cobra especial sentido. Nos encontramos frente a la tasa de fecundidad más baja de nuestra historia, incluso inferior a la de países como España o Italia. Este fenómeno no solo refleja cambios socioculturales, sino también una realidad médica que no puede seguir esperando: la infertilidad es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y como tal, debe ser atendida con seriedad y oportunidad.

El camino de quienes enfrentan infertilidad

“Las parejas que viven infertilidad no solo enfrentan desafíos médicos, sino también emocionales, económicos y sociales. Muchas veces transitan un largo camino de incertidumbre, pruebas y tratamientos, sin saber que una consulta precoz puede marcar la diferencia en su pronóstico”, indica la Dra. Angie Vergara, ginecóloga y Jefa de Unidad de Medicina Reproductiva UC CHRISTUS.

Por eso, consultar a tiempo y derivar oportunamente a un subespecialista en medicina reproductiva no es solo un acto clínico, sino un gesto de empatía, equidad y responsabilidad.

Un anuncio que da esperanza

En su reciente Cuenta Pública, el Presidente Gabriel Boric anunció la elaboración de un proyecto de ley para regular y facilitar el acceso a la fertilización asistida en Chile. Este proyecto busca responder a las demandas de muchas mujeres y parejas que enfrentan dificultades para concebir, considerando factores ambientales, sociales y de salud. El Mandatario instruyó al Ministerio de Salud para que elabore y presente esta iniciativa, tomando como base las mociones ya presentadas en el Parlamento. 

Este anuncio representa un paso importante hacia la equidad en salud reproductiva y reconoce que la fertilidad no puede seguir siendo un privilegio de quienes pueden pagarla.

La especialista agrega que: “Como profesionales de la salud, tenemos un rol clave en este proceso: educar, acoger, orientar y derivar. Cada paciente que llega con dudas sobre su fertilidad merece información clara, contención emocional y acceso a una red que no lo haga esperar más de lo necesario”.

El llamado es a acoger con compasión a quienes sufren una enfermedad tan íntima como la infertilidad, por lo que es relevante “acompañarlos con respeto, verdad y caridad es una forma concreta de vivir nuestra vocación de servicio, reconociendo en cada paciente a una persona única que espera ser escuchada, cuidada y tratada con justicia. Como médicos formados en ciencia y conciencia, tenemos el deber de brindar orientación informada, actualizada y empática, poniendo nuestros conocimientos al servicio de quienes enfrentan este difícil camino”, señala la doctora Vergara.

Este 4 de junio, es un buen momento para reflexionar y visibilizar la infertilidad, derribar mitos y promover una atención oportuna, humana y digna para quienes sueñan con formar una familia.