Unidad de Enfermedades
Inflamatorias Intestinales

• La enfermedad de Crohn
• La colitis ulcerosa
• Colitis no clasificable (o indeterminada)

La enfermedad de Crohn es una enfermedad del tracto gastrointestinal que forma parte de las denominadas enfermedades inflamatorias intestinales. Esta enfermedad puede afectar cualquier parte del tubo digestivo y tiende a tener un compromiso segmentario o “parcheado”. Las zonas más frecuentemente comprometidas son el intestino delgado distal (íleon), el colon y la región perianal. En esta enfermedad se produce una inflamación de toda la pared del tubo digestivo, la que se evidencia por una pared inflamada (enrojecida), con presencia de erosiones, aftas, úlceras, estenosis (estrechez) o perforaciones del intestino manifestadas por fisuras, fístulas o abscesos.

La colitis ulcerosa es una enfermedad que afecta al intestino grueso (colon y recto) y corresponde a una de las denominadas enfermedades inflamatorias intestinales. El aspecto relevante en esta enfermedad es la inflamación objetiva que se produce en el colon y recto (colitis), es decir, la pared del colon se encuentra enrojecida y con heridas, las que se evidencian en la presencia de erosiones o úlceras (ulcerosa) en el colon, asociado a una fragilidad de la pared con sangrado espontáneo. La extensión de la inflamación puede comprometer solo el recto (rectitis o proctitis), parte del colon (rectosigmoiditis o colitis izquierda) o todo el colon (colitis extensa o pancolitis).

En general no existe ningún examen que permita establecer certeramente la existencia de una enfermedad de Crohn, ya que el diagnóstico se plantea por la suma de todas las variables clínicas y de exámenes, sin embargo estos últimos son cruciales en poder establecer un diagnóstico adecuado. Existen exámenes generales de sangre o deposiciones que pueden ayudar al diagnóstico, pero sin embargo los mejores exámenes para apoyar el diagnóstico son los métodos de imagen del intestino delgado y el estudio endoscópico con toma de biopsias.
No hay ningún examen que por sí solo permita establecer que existe una colitis ulcerosa, ya que el diagnóstico se establece por la suma de los síntomas descritos y de exámenes. Existen exámenes generales de sangre o deposiciones que pueden ayudar al diagnóstico, pero el mejor examen es el estudio directo del colon mediante una colonoscopía total con toma de biopsias. Además, este examen permite establecer la extensión del compromiso y la intensidad de la inflamación.

Los principales síntomas de la enfermedad de Crohn son la presencia de dolor abdominal y diarrea la que puede ser líquida o estar acompañada de sangre y mucosidad. Junto a esto otros síntomas frecuentes son el malestar general y la presencia de fiebre. El dolor abdominal puede ser cólico o permanente y en ocasiones pueden ser debidas a obstrucciones del intestino. Los principales síntomas de la colitis ulcerosa son la presencia de diarrea acompañada de sangre y mucosidad en las deposiciones. Habitualmente se asocia a urgencia defecatoria y pujo rectoanal, lo que se manifiesta por unas ganas imperiosas e intensas de ir a defecar. En caso de contar con algún síntoma, es bueno consultar a algún especialista de la unidad.

No, en el síndrome de intestino irritable o colon irritable (que puede tener algunos síntomas similares) no existe inflamación en el colon como erosiones o úlceras, pero sí puede haber distensión (hinchazón) que es diferente de la inflamación. Por su parte, lo que la gran mayoría entiende por colitis es la presencia de diarrea; sin embargo, las diarreas son causadas por múltiples enfermedades infecciosas y no infecciosas que afectan el tubo digestivo. Dentro de estas enfermedades no infecciosas que causan diarrea y colitis se encuentra la colitis ulcerosa.

La enfermedad inflamatoria intestinal, que incluye esencialmente a la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, es un grupo de enfermedades con una afectación esencialmente intestinal. Los principales síntomas de esta enfermedad como la diarrea, dolor abdominal y la hemorragia digestiva se originan en el tubo digestivo. Sin embargo, por razones no aclaradas, cualquiera de las formas de esta enfermedad puede tener manifestaciones extraintestinales, lo que significa que pueden aparecer síntomas fuera del tubo digestivo especialmente en mucosas como la boca y ojos, en el esqueleto, la piel, hígado, sistema vascular, entre otras. Muchas de estas manifestaciones extraintestinales están en íntima relación con el grado de intensidad de la inflamación intestinal, por lo que el control de la inflamación intestinal es esencial para el control de las manifestaciones extradigestivas. Cada una de estas manifestaciones puede requerir un tratamiento específico.
Las principales manifestaciones extraintestinales de acuerdo con la localización son:

• BOCA: Aftas o úlceras bucales, pioestomatitis vegetante, etc.
• OJOS: Epiescleritis o escleritis, uveitis, conjuntivitis.
• PIEL: Eritema nodoso, pioderma gangrenoso, hidrodenditis supurativa, vasculitis, rosácea, psoriasis.
• HIGADO: Hepatitis autoinmune, colangitis esclerosante, esteotosis.
• ESQUELETO: Artralgias, artritis periféricas, artistis del esqueleto axial (espondilitis anquilosante o sacroileitis), osteopatías hipertrofias.
• VASCULARES: Trombosis venosa profunda, tromboembolismo, vasculitis de grandes vasos.
• MISCELANEOS: Pancreatitis crónica, manifestaciones pulmonares, manifestaciones cardiacas, manifestaciones neurológicas, anemia hemolitica, manifestaciones tiroideas.