Se refiere a la inflamación de la bursa que cubre los tendones del manguito rotador. Se puede producir por múltiples causas, la más frecuente es el pinzamiento subacromial. Esto es el choque de la cabeza humeral contra el acromion, comprimiendo los tendones del manguito de los rotadores. Esto provoca mucho dolor, falta de fuerza y movilidad.
La bursa protege al hombro del roce entre el hueso (acromion) y los tendones. Esta bolsa contiene un líquido y, cuando se inflama, aumenta su cantidad. La compresión y roce crónico genera su engrosamiento generando más dolor y rigidez de la articulación.
Son muchas las causas, algunas propias del paciente y otras adquiridas. Dentro de las propias vemos que existen personas que, por una condición genética, tienen una forma del acromion más angulada, lo que genera más posibilidad de roce y falla de los tendones. También el volumen (grosor) de los tendones puede aumentar por inflamación del tendón (tendinitis) ante sobresfuerzos (mala técnica al nadar, hacer pesas, entre otros). La edad, inflamaciones crónicas, debilidad muscular y otras alteraciones de la producción del colágeno (estructura principal de la que se forman los tendones) producen una condición llamada tendinosis que genera un doble problema: aumenta el grosor y genera una falla del tendón, lo que altera el centraje de la cabeza humeral. Ambas condiciones aumentan la compresión y roce, aumentando el problema.
Existen otras causas, como la tendinitis cálcica, la que se produce al haber calcio en el tendón, generando roce y dolor. Este a veces se rompe y genera una inflamación muy grande en la articulación.
El dolor de hombro es su principal síntoma, sobre todo al moverlo, ya que se genera el roce. Aunque al estar acostado, puede sentir dolor por compresión.
El diagnóstico clínico es primordial y, para ello, se realizan radiografías para verificar si existe o no una alteración ósea. Además, puede ser necesaria una ecotomografía, en donde se visualiza correctamente los tendones, la bursa y calcificaciones. En última instancia, una resonancia magnética permite evaluar con mayor exactitud la calidad de los tendones y músculos, además de ver el resto de las estructuras del hombro.
El tratamiento dependerá del tipo de dolor, pues si hay tendinitis (inflamación) del manguito rotador o bursitis, el tratamiento primordial es descansar el tendón, desinflamar la bursa y/o el tendón con antiinflamatorios y tratar la causa del problema con kinesioterapia. En algunos casos cuando la inflamación es muy grande recurrimos al uso de antinflamatorios muy potentes (corticoides) que se inyectan en la bursa, para luego poder realizar una rehabilitación adecuada en kinesioterapia.
Si el paciente sufre de una tendinopatía cálcica, además de lo anterior, puede optar por un tratamiento con “ondas de choque”. Sin embargo, hay ocasiones en que el tratamiento debe ser quirúrgico.
El tratamiento es aplicar fisioterapia para disminuir el dolor y contracturas musculares. Los ejercicios de estabilización de la escápula y de hombro también serán requeridos. Su evolución dependerá de cada paciente y del cumplimiento de sus objetivos.
En la fase aguda, las indicaciones a seguir son:
En la fase intermedia y avanzada, las indicaciones a seguir son:
Los tratamientos quirúrgicos se realizan por una cirugía artroscópica (video- artroscopía), lo que permite operar realizando incisiones de menor tamaño, sin dañar los músculos y con una rápida recuperación. Si la recuperación de una tendinopatía cálcica no tiene éxito con el tratamiento conservador, se hace una cirugía artroscopia, la que consta de abrir el tendón lesionado y vaciar la calcificación.
RECOMENDAMOS…
Siempre precalentar sin descuidar la flexibilización de los pectorales, la zona del manguito rotador ni la zona cervical. Si vas a hacer ejercicios, preocúpate de que tu rutina sea de estabilización del área lumbar, dorsal y que potencien la zona periescapular. Si sientes fatiga, detente. Post ejercicios, es bueno elongar y aplicar masajes en las zonas trabajadas.
REINTEGRO DEPORTIVO, ¿CUÁNDO ES FACTIBLE?
Al superar la fase aguda de dolor e inflamación, se comienza de a poco a volver a ejercicios que incluyan elongación y fortalecimiento de la musculatura estabilizadora de la cintura escapular. Los rotadores internos y externos del hombro y los músculos estabilizadores de la escápula serán las zonas principales que se trabajarán. Aunque dependerá de cada paciente cuándo será su reintegro deportivo, suele ser luego de seis a ocho semanas.