La cervicalgia es una condición frecuente que se caracteriza por dolor en el cuello. Sus causas pueden ser múltiples, pero la más frecuente es la que se deriva de malas posturas, contracturas o distensiones musculares. Otras condiciones como la artrosis y la degeneración de los discos de la columna cervical pueden también producir dolor en el cuello.
El estrés o alteraciones emocionales pueden ser frecuentemente responsables de dolor de cuello. Otras causas son las lesiones traumáticas como esguinces o fracturas, que requieren de una evaluación médica temprana. Causas excepcionales son las infecciones o tumores del cuello.
Si el dolor se irradia a los brazos, se le conoce como cervicobraquialgia, la que puede ser unilateral o afectar a ambos brazos y estar asociada a otros síntomas como adormecimiento, hormigueo o falta de fuerza.
La causa más frecuente de cervicobraquialgia es la compresión de una raíz nerviosa en la columna cervical derivada de una hernia del núcleo pulposo o por el estrechamiento del canal raquídeo, en lo que se conoce como estenorraquis cervical. Existen, además, otras causas de esta enfermedad originadas fuera de la columna tales como rotura del manguito rotador del hombro, compresión de nervios periféricos, bursitis, entre otras.
Dependiendo de la evolución y los síntomas del paciente, puede ser necesario realizar un estudio de imágenes (radiografías, escáner o resonancia magnética) para ver la anatomía de los huesos y estructuras blandas de la columna cervical. Otros exámenes como la electromiografía o análisis de sangre pueden ser necesarios si el médico sospecha de otras patologías.
La terapia dependerá de la causa de la enfermedad. En general, considera manejo del dolor mediante el uso de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, además de relajantes musculares y eventualmente corticoides. También puede incluir reposo relativo y kinesiterapia.
La cirugía es poco frecuente y se reserva para casos específicos en los que las molestias no ceden con el tratamiento habitual o cuando existe una alteración anatómica que deba corregirse en la cirugía. Existen algunas lesiones traumáticas como fracturas o luxofracturas, especialmente las inestables o con compromiso neurológico, que requieren de cirugía temprana para descomprimir la médula espinal y dar estabilidad estructural a la columna.
Fuente: Medicina Deportiva UC