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Injerto vs. huésped gastrointestinal

La enfermedad injerto versus huésped, o también denominada GVH (Graft-versus-Host), corresponde a una condición que aparece en aquellos pacientes que han sido sometidos a un trasplante de médula ósea (TMO). Entre un 20 y un 80% de los pacientes post TMO pueden desarrollar esta complicación y es la principal causa de morbilidad y mortalidad posterior al TMO.


¿Qué órganos afecta el GVH?


El GVH puede afectar cualquier órgano pero los más frecuentemente comprometidos son el sistema gastrointestinal, la piel y el hígado.


¿Cuál es la causa de esta enfermedad?


Aunque su causa es desconocida, la principal hipótesis sugiere que las células inmunes que conlleva el injerto reaccionaría contra los tejidos del individuo que recibe el TMO (huésped) al ser reconocidos como extraños. Entre los factores de riesgo identificados para el desarrollo de una enfermedad injerto versus huésped se encuentran los siguientes:



  • Disparidad inmunológica entre donante y huésped. 

  • Donante y huésped sin parentesco.

  • Disparidad de sexo.

  • Número de hijos del donante.

  • Edad del receptor.

  • Quimioterapia previa al TMO.

  • Profilaxis incompleta.

  • Fuente de células del injerto.

  • Genes: NOD2/CARD15


¿Cuándo puede partir la enfermedad?


Un GVH puede iniciarse en cualquier momento post trasplante. Sin embargo, se presenta habitualmente posterior al día 21 post TMO. Puede afectar el sistema gastrointestinal, la piel e hígado. Cuando el cuadro se presenta en los primeros 100 días, se clasifican como GVH agudo y cuando se presenta posterior después post se clasifica como GVH crónico.


¿Cuáles son los síntomas?


Las molestias gastrointestinales son muy comunes después de un TMO. Pueden deberse a variadas causas y no necesariamente indican la existencia de un GVH gastrointestinal. Los síntomas de un GVH gastrointestinal son inespecíficos e incluyen:



  • Anorexia.

  • Náuseas.

  • Molestias en la parte alta del abdomen.

  • Intolerancia alimentaria.

  • Vómitos.

  • Diarrea acuosa frecuentemente verdosa.

  • Dolor abdominal periumbilical, con exacerbaciones cólicas y hemorragia gastrointestinal.


Los síntomas digestivos pueden ser la única manifestación de una enfermedad de injerto versus huésped. Sin embargo, el GVH agudo se presentan en paralelo con la afectación de piel (eritema con descamación que afecta cualquier parte del organismo pero en especial con compromiso de cara y región palmo plantar) e hígado (alteraciones de los exámenes del hígado).



¿Existen enfermedades que pueden simular un GVH?


Sí, los principales diagnósticos diferenciales son la de infecciones gastrointestinales entre las que están las infecciones oportunistas, toxicidad secundaria a quimioterapia o radiación, efectos laterales secundario a fármacos o enfermedad péptica.


¿Cómo se diagnostica?


Por lo inespecífico de los síntomas, el estudio endoscópico con biopsia es fundamental en el diagnóstico del GVH. Los rasgos endoscópicos que sugieren la presencia de un GVH intestinal es la presencia de una inflamación intestinal. Aunque cualquier parte del tubo digestivo puede estar comprometida, los sitios mayormente afectados son el antro gástrico, duodeno, íleon y recto. El principal marcador en la biopsia de un GVH es la presencia de apoptosis (muerte) de las células epiteliales. La biopsia permite descartar otras infecciones intestinales que pueden simular un GVH intestinal.


¿Se puede prevenir?


En todo paciente que se somete a un TMO se adoptan medidas para prevenir el GVH como el uso de medicamentos como corticoides y ciclosporina, entre otros. Cuando un GVH ya se ha desarrollado, la terapia inicial consiste en la administración de corticoides intravenosos. Se pueden adicionar, según el esquema, otros inmunomoduladores. Existen terapias de rescate aunque pueden estar asociadas a complicaciones no menores. 

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