Las alergias constituyen una reacción o respuesta inmunitaria exagerada a sustancias (alérgenos) que en situaciones normales no causan daño a las personas.
Una de las principales causas es la herencia familiar. Sin embargo, hay factores que hacen que la persona esté más propensa a adquirir una alergia, como la contaminación ambiental, el humo, el polvo, la humedad, los vapores irritantes, el viento y las partículas aerosolizadas.
Se ha producido un aumento constante en la prevalencia de enfermedades alérgicas, con un 30-40% de la población del mundo afectada por una o más enfermedades alérgicas. Se prevé que los problemas alérgicos seguirán en aumento conforme la contaminación atmosférica y la temperatura ambiente aumenten. Estos cambios ambientales afectarán a los recuentos de polen, a la presencia de insectos y a la presencia de hongos asociados a las enfermedades alérgicas.
El diagnóstico comienza con una detallada historia clínica y exploración física. La identificación de una asociación temporal entre los síntomas y la exposición al alérgeno, constituye la base para realizar más pruebas. La sospecha clínica se confirma mediante:
Pruebas in vivo: Test cutáneos, pruebas de provocación
Pruebas in vitro: IgE específica
Los síntomas de las patologías alérgicas incluyen:
Picazón
Estornudos
Congestión
Mucosidad
Urticaria
Angioedema
Dificultad Respiratoria
Vómitos
Diarrea
En casos severos, pérdida de conciencia
La estrategia para el tratamiento de las enfermedades alérgicas se basa en: