La esclerosis múltiple y otras enfermedades desmielinizantes son enfermedades poco frecuentes, pero de alto impacto para el paciente y sus familiares. Por eso, contar con profesionales altamente especializados nos permite diagnósticos precoces y brindar los tratamientos y el apoyo integral y multidisciplinario para todos los requerimientos de nuestros pacientes.
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica crónica que afecta al sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), provocando inflamación y daño a la mielina, que es la sustancia que envuelve las fibras nerviosas. Debido a que la mielina ayuda a conducir las señales nerviosas, el daño ocasiona un deterioro en la señalización entre los nervios y puede afectar la sensación, el movimiento y el pensamiento. Afecta más a mujeres que a hombres y principalmente a adultos jóvenes. La edad de inicio fluctúa entre los 20 y los 50 años. La proporción es de 3 mujeres por cada hombre. Muy rara vez afecta a niños.
Existen distintas formas clínicas en que desarrolla la enfermedad, dependiendo de los síntomas que presenten los pacientes, dentro de las cuales encontramos la esclerosis múltiple recurrente remitente y las formas progresivas de esclerosis múltiple.
Otras enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central que pueden confundirse con la esclerosis múltiple son la neuromielitis óptica (NMO) o enfermedad de Devic, la encefalomielitis diseminada aguda (ADEM), la neuritis óptica y la mielitis transversa.
Además de un historial médico completo y revisión física que incluya un examen neurológico detallado, el neurólogo puede solicitar una resonancia magnética de su cerebro y/o médula espinal para buscar las placas desmielinizantes que caracterizan la enfermedad. Además, puede realizar una punción lumbar para tomar una muestra de líquido cefalo-raquideo para hacer análisis que detecten las proteínas asociadas con la esclerosis múltiple.
Los síntomas pueden iniciarse en periodos tan breves como unas pocas horas de días y los pacientes pueden recuperarse en forma total o parcial en semanas. Entre ellos pueden estar:
Alteraciones visuales como dolor de ojos, distorsión o pérdida de la vista en un ojo, deterioro de la percepción del color o visión doble.
Dificultad para caminar o realizar tareas que requieren coordinación.
Pérdida de sensibilidad de diferentes áreas del cuerpo.
Fatiga o debilidad.
Pérdida de control intestinal o de la vejiga.
Desde 2010, la esclerosis múltiple se encuentra dentro de las patologías garantizadas por el Plan AUGE-GES, incluyendo tanto su sospecha diagnóstica, como su tratamiento y seguimiento.
Actualmente no existe una cura para la esclerosis múltiple. Sin embargo, hay tratamientos disponibles que pueden hacer más lento su avance y aliviar los síntomas asociados.