La mayoría de las personas asumimos como proyecto tener un hijo. Cuando nos disponemos a concebir, nadie cree que va a tener problemas por. Por eso, la noticia provoca una gran desestructuración y surge mucha frustración que impacta de diversas maneras.
- Sentimientos:
 
Se experimenta un duelo. Aparecen la ansiedad, la culpa y la frustración. Es
            usual que surja un cuestionamiento de vida y de pareja. Brotan preguntas
            como: ¿y si me hubiese casado con otra persona?, ¿seré yo o mi pareja?, ¿qué
            hizo cuando chico (a)? También puede experimentarse temor de perder al otro
            porque pudiera desaparecer el interés y el afecto si no llegan los hijos.
        
 - Reacciones:
 
Todas las parejas son distintas y la forma de enfrentarlo depende de lo que
            signifique el hijo para cada persona. Sin embargo, en general, para las
            mujeres tener un hijo es algo que "tengo que hacer en mi vida". El impacto
            inicial es más expresado y más fuerte. Quizás parece más crudo porque la
            maternidad es clave para la mujer. En los hombres, en cambio, surge un
            cuestionamiento de la virilidad.
        
 - Medidas:
 
Es necesario reconstruir el proyecto personal y de familia. Hay que darle un
            nuevo significado a la vida. En ese proceso, muchas veces se requiere de
            apoyo psicológico que invite a vivir el problema. Los consejos abruman, las
            historias solo dan ánimo, pero no ayudan a reorganizarse. es importante
            validar las emociones y afectos que aparecen. Es decir, respetar los
            sentimientos. Que el hombre se encierre en el trabajo, por ejemplo, no
            implica que no le importe el tema sino que es su forma de enfrentarlo.
        
 - Optar por un tratamiento:
 
La decisión de seguir unt ratamiento pasa por el replanteamiento del
            proyecto de familia. No es algo obvio. Es importante tener toda la
            información y prepararse para lo que viene. Son importantes también las
            expectativas realistas respecto de los resultados. Repensar la cantidad de
            hijos que se quiere y que se podría tener, el costo, el trabajo y también la
            posibilidad de no tenerlos y/o adoptar.
        
 - Principales inquietudes:
 
Las expectativas reales, más allá de los porcentajes entregados por los
            médicos, dificultan la situación. Otro asunto es el cambio de sentido de la
            intimidad. Ahora tiene un objetivo. Muchas veces eso redudan en una
            disminución del deseo sexual por la falta de espontaneidad. En el caso del
            seguimiento folicular, los médicos indican el día en el que se pueden tener
            relaciones sexuales y la pareja experimenta la sensación del control externo
            de su sexualidad.
        
El aumento del estrés hace que se incrementen los conflictos. Disminuye la
            tolerancia, crece la frustración porque no siempre el embarazo resulta en el
            primer intento. Hay miedo del futuro y las parejas pueden perder el interés
            por otros aspectos de su vida porque todo está centrado en el embarazo.
            Además, está la presión social. Pocos preguntan, pero todos están
            pendientes. Es de las situaciones más estresantes que se pueden vivir en
            este periodo.
        
 - ¿Hasta cuándo intentarlo?
 
La decisión de repetir o no un tratamiento depende de la pareja. Sin
            embargo, debe ser tomada después de un acucioso análisis con el apoyo del
            equipo de profesionales que los atienden.
        
 - Objetivo del apoyo psicológico
 
La idea es proteger la relación de pareja y apoyarlos para que se logren los
            objetivos. Además, hay que tener en cuenta que el peso emocional también
            influye en el resultado del tratamiento.