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Cáncer de colon y recto

El cáncer de colon y recto, o cáncer colorrectal, es una causa importante de muerte en nuestro país. Lamentablemente, en general es diagnosticado en etapas avanzadas cuando aparecen las molestias características de la enfermedad.


Factores de riesgo


A pesar de que puede ocurrir a cualquier edad, la mayoría de los pacientes tienen más de 50 años al momento del diagnóstico. Algunas personas tienen mayor riesgo de presentar un cáncer colorrectal:



  • Familiares de pacientes con pólipos o cáncer de colon o recto, enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa), o ciertas condiciones hereditarias, tales como la poliposis adenomatosa familiar o el llamado Síndrome de Lynch (cáncer colorrectal hereditario no polipósico).

  • La mayoría de los cánceres colorrectales nacen de una lesión denominada pólipo, que es una elevación de la pared del intestino formada por células que crecen y se multiplican con mayor rapidez que el resto de las células. Al crecer los pólipos se pueden transformar en cáncer, es decir, que tienen la capacidad de invadir la pared completa del intestino, e incluso propagarse hacia otros órganos, lo que es conocido como metástasis. Por eso es importante, si existe el diagnóstico de pólipos, mantener un estricto control médico sobre ellos.


Síntomas y signos


Los síntomas más frecuentes aparecen en la fase avanzada de la enfermedad y pueden ser los siguientes:



  • Cambios en los ritmos intestinales, diarrea o sensación de tener el vientre lleno.

  • Estreñimiento.

  • Sangre en las heces.

  • Dolor o molestia abdominal.

  • Baja de peso sin causa aparente, entre otros.


¿Se puede prevenir?


Para prevenir y tratar a tiempo esta enfermedad hay varias medidas efectivas.



  • Iniciar control con colonoscopía a los 50 años y seguir la recomendación de tu médico. Tu médico puede indicarte otro método como el test de sangre oculta en deposiciones.

  • Si durante la colonoscopía se detecta la presencia de algún pólipo, éste debe ser removido y enviado a biopsia. 


Existen otras medidas, menos efectivas pero igualmente recomendables:



  • Mantener un peso normal.

  • Actividad física regular.

  • Aumentar la fibra en la dieta.

  • Disminuir el consumo de grasas y carnes rojas.

  • No fumar o dejar de hacerlo.


¿Cómo se trata el cáncer de colon?



  • Aproximadamente dos de cada tres cánceres colorrectales se ubican en el colon. 

  • La resección del segmento de colon que contiene el cáncer, junto con los vasos sanguíneos y los ganglios linfáticos, es el tratamiento más habitual. 

  • El tipo de procedimiento en general depende de la ubicación del tumor. Así, los tumores de colon derecho y transverso requieren una hemicolectomía derecha y los del colon izquierdo y sigmoides una hemicolectomía izquierda. 

  • En casos en que el paciente presente más de un cáncer de colon al mismo tiempo, es necesario una colectomía total, es decir, remover todo el colon. 

  • Todos estos procedimientos son posibles de hacer por vía laparoscópica. 

  • Si la enfermedad presenta diseminación (metástasis), o si la biopsia informa un tumor muy avanzado, es probable que el paciente requiera quimioterapia para completar su tratamiento.


¿Cómo se trata el cáncer de recto?


El recto es la parte del aparato digestivo que se comprende los últimos 15 centímetros del intestino grueso y se ubica en la cavidad pelviana, por lo que el procedimiento para remover el recto es de mayor complejidad.  Dependiendo de la altura del tumor en relación al ano, las alternativas de tratamiento son:



  • La resección local del tumor (sólo el tumor por vía anal).

  • La resección anterior del recto (por vía abdominal) o una resección abdomino-perineal (operación de Miles).


Todos estos procedimientos pueden ser realizados por vía laparoscópica. La mayoría de las veces, el intestino se puede volver a conectar en la misma cirugía, y así mantener el tránsito normal. Sin embargo, en otras ocasiones no se puede reconectar y es necesario dejar una ostomía, es decir, un segmento de intestino pegado a la pared abdominal por donde saldrán las deposiciones a una bolsa recolectora. Esta ostomía puede ser temporal o definitiva. En ocasiones, es necesario recibir radioterapia y quimioterapia antes de la cirugía para mejorar el pronóstico. Si el tumor está ramificado, además puede necesitar quimioterapia complementaria luego de la cirugía.

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