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Enfermedad hepática y alcohol

Existe una relación directa entre el consumo de alcohol por habitantes y la mortalidad por cirrosis. Así, si el consumo de alcohol disminuye la mortalidad por esta causa también lo hace.


¿Cómo afecta el alcohol al hígado?


El alcohol es eliminado por el hígado. Si este órgano se ve forzado a eliminar grandes cantidades de alcohol, se interrumpe su función normal y eso provoca un desequilibrio químico. En este proceso de eliminación continua de alcohol, las células hepáticas se destruyen o se alteran por infiltración de grase. Además, se inflaman causando hepatitis alcohólica o sufren fibrosis o grandes e irreversibles cicatrices que se traducen en cirrosis. Y el cáncer de hígado es más frecuente cuando hay cirrosis. 


La cirrosis alcohólica, por lo general, se desarrolla después de una década de consumo excesivo y solo en el 20% de quienes lo hacen lo que hace presumir que hay una condición genética que predispone a la enfermedad. Pero aunque no desarrollen cirrosis, los bebedores excesivos pueden sufrir de otros daños como el llamado hígado graso (esteatohepatitis).


¿Cómo evoluciona el daño causado por el alcohol?


En tres grandes fases aunque los síntomas de enfermedad pueden aparecer en etapas avanzadas sin que el paciente los haya notado.


La primera fase es el hígado graso que es una condición benigna y reversible con la abstinencia total de alcohol.


La segunda incluye la hepatitis alcohólica moderada que puede revertirse con la abstinencia y la hepatitis alcohólica grave que aunque infrecuente puede causar la muerte.


La tercera fase es la cirrosis, una condición irreversible y que se presenta en alrededor del 20% de quienes consumen más de 150 gramos de alcohol diariamente y por durante o más de 10 años. Para darte un ejemplo, un vaso de cerveza (300 cc) representan 12 gramos de alcohol mientras que una copa de vino equivale a 17 gramos.


Aun cuando no te emborraches nunca, tienes que considerar que la tolerancia no es garantía de que no enfermarás. Solo elimina las señales de advertencia.


Además, la mezcla de alcohol y medicamentos de uso común como el paracetamol puede causar daño hepático grave. En quienes sufren de hepatitis C, el consumo de alcohol aumenta la velocidad de progresión y el riesgo de cirrosis.


¿Cómo se tratan las enfermedades hepaticias alcohólicas?


El mejor tratamiento es la supresión del consumo de alcohol. Con esta medida y una nutrición adecuada puede revertirse el depósito de grasas y la inflamación del hígado, pero la cirrosis es irreversible.




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