Menu
Portal
A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z
E

Epitrocleitis o Codo de Golfista

Quienes sufren de epitrocleitis sienten un dolor que se extiende desde la cara interna del codo hasta la muñeca debido al daño en los tendones que doblan la muñeca hacia la palma.

DEFINICIÓN

La epitrocleitis es una patología en la que el dolor se siente sobre la epitróclea (cara interna del codo). Quienes la sufren no necesariamente son golfistas. Pueden ser también trabajadores manuales, como carpinteros, o personas que realizar ejercicios de flexión de muñeca o fuerza de puño a repetición.

¿POR QUÉ SE PRODUCE?

La epitróclea es la estructura en el extremo inferior del húmero donde nacen los músculos que flectan la muñeca y los dedos, además del músculo pronador que permite la rotación de la palma de la mano hacia abajo. La lesión compromete más frecuentemente en el músculo pronador y flexor radial del carpo. Debido al estrés músculo-tendinoso de la zona, esta se inflama hasta empezar a provocar una degeneración tendinosa. Quienes juegan golf podrían padecerla por una inadecuada técnica de golpe o incorrecto agarre de los palos, también afecta a los deportistas que practican actividades de lanzamiento.

SÍNTOMAS

El dolor se concentra en la región interna del codo y al flectar la muñeca. A veces, puede propagarse hacia el antebrazo y podría ser percibido como debilidad muscular al empuñar la mano.

DIAGNÓSTICO

Al igual que en el caso de la epicondilitis, el diagnóstico es clínico. Los exámenes de apoyo pueden descartar otros diagnósticos y ayudan a confirmar la lesión tendinea.

Radiografías: permiten descartar otras patologías.

Ecografía musculoesquelética: evalúa la articulación y tejidos blandos alrededor del codo. Además, permite comparar la lesión con el lado sano del codo.

Resonancia magnética: evalúa lesiones de tejidos blandos y osteoarticulares, lesiones osteocondrales, fracturas de estrés y patología intraarticular.

TRATAMIENTO

Los tratamientos con reposo, ejercicios de elongación y fortalecimiento, son fundamentales. El objetivo es reintegrar al paciente a sus actividades laborales y deportivas sin que exista dolor y recurran los síntomas.

Se recomienda modificar las actividades que producen los síntomas y reposo temporal. Además, esto se puede acompañar con el uso de un inmovilizador de muñeca. Su uso nocturno evita que se realicen movimientos involuntarios de contracción muscular, ayudando al reposo de estos músculos. Aplicar hielo y tomar antiinflamatorios ayuda a aliviar el dolor temporalmente.

Los ejercicios en casa y supervisados por un kinesiólogo buscan elongar la musculatura flexora del antebrazo y fortalecerla. Una mejor condición muscular evita que los músculos se fatiguen y se contracturen, aumentando la tensión sobre el tendón.

En caso de falla de estos tratamientos, el tratamiento quirúrgico puede ser una opción. En este procedimiento se reseca el tejido dañado para generar una respuesta de cicatrización. En algunos casos, el uso de ondas de choque extracorpóreas también puede ayudar a la regeneración de los tejidos dañados.

PREVENCIÓN

Procura precalentar y elongar previo y posterior a una actividad o deporte. No olvides mantener un plan de ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del antebrazo y utilizar de forma adecuada los implementos del deporte que practiques.

La supervisión de las actividades deportivas que generaron la lesión pueden ayudar en modificar la técnica y prevenir nuevas lesiones. Esto se logra con un adecuado equipo de profesionales, entre los que se encuentra el kinesiólogo, preparador físico o entrenador, entre otros.

UBICACIONES

Mapa2