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Hepatitis C

¿Qué es?

La hepatitis C es una enfermedad crónica del hígado causada por el virus de la hepatitis C (HCV).
De acuerdo a datos entregados por la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay 170 millones de personas infectadas con este virus, siendo 5 veces más frecuente que la infección por el virus del SIDA. Estudios recientes de investigadores de la Universidad Católica de Chile han demostrado que aproximadamente el 1% de la población chilena (unas 140.000 personas) están infectadas con este virus. La mortalidad por cirrosis hepática en Chile es una de las más altas del mundo (tasa de mortalidad de 23 por cada 100.000 habitantes en un año). Una proporción considerable de estas muertes son causadas por la hepatitis C. La hepatitis C es la indicación más frecuente de trasplante hepático en Chile, una terapia de alto costo y complejidad.

¿Por qué se produce?

Su transmisión ocurre a través de contacto con sangre infectada, principalmente en forma de transfusiones de sangre, procedimientos médicos o inyecciones con instrumentos contaminados, uso de drogas intravenosas, tatuajes o piercing (perforaciones).

Síntomas

El virus de la hepatitis C se caracteriza por replicarse en el hígado de la persona afectada sin producir síntomas por periodos largos de tiempo (10 a 30 años). Durante este período asintomático puede producir daño progresivo del hígado hasta llegar a la cirrosis hepática. Esta complicación ocurre aproximadamente en el 20% de los infectados. Las personas que desarrollan cirrosis hepática están en riesgo de caer en insuficiencia hepática (falla del hígado) que se manifiesta por:
- Ictericia: color amarillo de la piel y ojos
- Coluria: orina oscura
- Ascitis: acumulación de líquido en el abdomen
- Encefalopatía: confusión mental por acumulación de sustancias tóxicas
- Hemorragia por várices: formación de venas dilatadas en el esófago que pueden romperse y sangrar.
Otra complicación de la cirrosis es el hepatocarcinoma (cáncer hepático). Este aparece en un 1 a 5% de los pacientes que han desarrollado cirrosis cada año. Tanto la insuficiencia hepática como el cáncer de hígado pueden requerir realizar un trasplante hepático.

¿Cómo se diagnostica?

Pruebas de laboratorio permiten al médico confirmar el diagnóstico.

¿Cómo se trata?

Los tratamientos para la hepatitis C han aumentado su efectividad en forma progresiva durante la última década y existen buenas perspectivas de mejores medicamentos en los próximos años. El esquema actual permite la erradicación permanente del virus en un 55-60% de los casos. Los pacientes que responden al tratamiento presentan mejoría de la enfermedad e incluso reversión de la cirrosis.
El tratamiento de la hepatitis C consiste en la combinación de una inyección subcutanea semanalmente, el peginterferón (Pegintrón o Pegasys) asociado a un medicamento oral, la ribavirina (Rebetol o Copegus) que se toma diariamente. El tratamiento debe ser prolongado (6 a 12 meses), con medicamentos orales e inyecciones una vez por semana. Esta terapia puede provocar efectos adversos (fiebre, depresión, anemia, entre otros) que habitualmente pueden ser controlados con la ayuda de un equipo médico con experiencia en el tratamiento. El costo de los medicamentos es elevado.


Fuente:Dr. Alejandro Soza Ried, gastroenterólogo UC

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