Menu
Portal

Mareo por Movimiento

Los niños -a veces también los adultos- pueden experimentar mareos con los movimientos asociados a los viajes. Especialmente si ellos son muy largos.

Para entender en qué consiste, es bueno entender cómo nuestro cuerpo se adapta al movimiento.

El oído interno es el que nos permite percibir si nos movemos y cómo lo hacemos: hacia arriba, hacia abajo, de un lado a otro o hacia atrás. Los ojos también nos ayudan a saber si nos movemos y en qué dirección lo hacemos. En tanto, a través de la piel percibimos también nuestros movimientos.

Los receptores sensoriales de músculos y articulaciones le informan al cerebro qué músculos mueves y qué postura estás adoptando. De todas estas fuentes, tu cerebro recibe un informe que le ayuda a comprender qué estás haciendo en un momento dado. Pero si algo altera esa información, puede que experimentes mareo por movimiento.

En los niños menores de 5 años, el mareo por movimiento suele manifestarse como problemas de equilibrio. En los mayores, las náuseas y los vómitos también pueden ser síntomas importantes.

Por ejemplo, si lees mientras vas en un auto en movimiento, el oído interno y los receptores de la piel le dirán a tu cerebro que te estás moviendo hacia adelante. Pero como tus ojos están mirando un libro que no se mueve, tus receptores musculares le informarán que estás quieto. De ahí al mareo hay un solo paso.

Para evitar el mareo, hay que ubicar al niño idealmente en un asiento en el que pueda viajar mirando hacia adelante y observando el paisaje. También hay algunos medicamentos que han demostrado ser efectivos si se utilizan antes del viaje para disminuir los síntomas. Consulta siempre con su pediatra.

UBICACIONES

Mapa2