Los mosquitos y otros insectos son responsables de diversas infecciones, algunas de las cuales pueden causar cuadros muy graves. Por eso, es fundamental proteger a los niños de sus picaduras.
Utiliza repelentes adecuados, que contienen DEET en una concentración de 30%. El producto debe ser siempre aplicado por los padres y evitando el contacto con la boca y los ojos. Nunca lo apliques en las manos de los niños más pequeños porque pueden llevárselas a la boca y puede ser tóxico. No debe aplicarse en zonas de la piel en las que haya lesiones.
Viste siempre a los niños con ropas de manga y piernas largas, especialmente al atardecer.
Si estás en una zona tropical y la habitación no cuenta con aire acondicionado, se aconseja proteger la cama del niño con un mosquitero. Carpas y mosquiteros pueden impregnarse con permetrina como repelente.
Fuera de las medidas destinadas a la prevención de las picaduras de mosquitos, algunos medicamentos son utilizados para la prevención de la malaria. Al igual que a los adultos se debe aconsejar el uso de estos medicamentos en los niños cuando se viaja a zonas de malaria para prevenir la enfermedad, especialmente porque la malaria por Plasmodium falciparum suele ser más grave en niños y en mujeres embarazadas que en el resto de la población.
La mayoría de los antimaláricos están licenciados para ser utilizados en niños y lactantes incluyendo la cloroquina, mefloquina y atovaquona/proguanil. Las dosis se calculan de acuerdo con el peso y siempre debe consultar al médico para su prescripción.