Un parásito es un microorganismo o animal pequeño que vive dentro de o sobre otro organismo y se nutre de él. Un parásito no puede vivir por sí solo. Las enfermedades parasitarias incluyen infecciones por protozoos (organismos unicelulares como los agentes causales de la malaria), helmintos (gusanos) y artrópodos (como el responsable de la sarna).
Los parásitos intestinales son, generalmente, protozoos, como los que causan una enfermedad llamada giardasis, o gusanos como la tenia.
Como su nombre lo indica, los parásitos intestinales viven en los intestinos. Los parásitos intestinales son generalmente protozoos (como Giardia) o gusanos (como oxiúridos o tenias) que ingresan al cuerpo y usan el intestino como refugio. El parásito suele reproducirse y causar síntomas como diarrea, náuseas y malestar general.
Los parásitos son muy comunes en todo el mundo. La infección por su causa es más frecuente en regiones en las que las condiciones sanitarias son deficientes y el agua es de mala calidad.
La mejor defensa contra los parásitos es una buena higiene.
Lávate las manos frecuentemente con agua y jabón.
Evita el consumo de agua que no sea embotellada o hervida.
No te bañes en lagos o ríos en zonas riesgosas.