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El tabaquismo aumenta en 20 veces el riesgo de desarrollar
cáncer pulmonar con clara relación entre el número total de cigarrillos consumidos y la incidencia de cáncer.
El 90% de los cánceres de pulmón están
asociados a tabaco, del 10% restante casi la mitad corresponde a fumadores pasivos. La incidencia de
cáncer pulmonar en fumadores pasivos es de 1,2 a 1,5 veces mayor que los no expuestos. La suspensión del tabaco disminuye el desarrollo de lesiones pre- cancerígenas, pero el riesgo
de desarrollar un cáncer se mantiene por años.
Antecedentes Familiares de cáncer de pulmón: parientes en primer grado de un enfermo con
cáncer pulmonar tienen un riesgo 2,4 veces mayor de desarrollar una neoplasia pulmonar.
No se cuenta con evidencia epidemiológica que establezca una relación clara entre
contaminación ambiental y cáncer de pulmón pero se sabe que ciertas exposiciones laborales favorecen el desarrollo de
cáncer pulmonar, tales como asbesto, radón, aldehídos, cromo, arsénico, hidrocarburos aromáticos policíclicos.
Son muy variables, y cada vez más el diagnóstico es incidental debido a un examen solicitado por otra causa, por lo que puede ser asintomático. Generalmente se presenta a contar de la 5ª década
de vida.
El paciente puede presentar compromiso del estado general y baja de peso con apetito conservado.
Los síntomas que puede presentar son tos seca, tos con sangre, dificultad al respirar,
dolor al pecho, disfonía persistenteetc.
Ante la sospecha de un cáncer pulmonar la tomografía axial computada (TAC o scanner) de tórax con contraste endovenoso es el examen de elección, ya que aporta información respecto a:
Una vez certificada la presencia de una masa pulmonar sospechosa de cáncer es necesario completar el estudio de diseminación para poder determinar la etapa en la cual se encuentra el paciente (TNM).
Para definir si el cáncer está solo confinado al pulmón o se ha diseminado a los ganglios u otra parte del cuerpo se debe completar el estudio con un PET-CT cuerpo entero (Possitron Emision Tomography
fusionado con un TAC de tórax). Este estudio nos permite definir el tamaño tumoral, el compromiso de adenopatías (ganglios) y la presencia de metástasis a distancia (excepto
cerebrales).
Además se debe realizar un estudio del cerebro para evaluar
metástasis (TAC o resonancia magnética de cerebro).
Una vez hechos estos estudios, se definirá la mejor forma de realizar una biopsia para certificar la presencia de
cáncer.
El tratamiento será definido caso a caso, y dependerá de diversos factores como edad, función pulmonar, tamaño y diseminación del tumor.
Si presenta un tumor localizado al
pulmón, la mejor opción curativa es la cirugía. En este caso se realiza una
lobectomía más
linfadenectomía . Esto consiste en resecar el lóbulo pulmonar que contiene el tumor junto a los ganglios linfáticos del mediastino. Dependiendo de cada paciente, esta cirugía
se puede realizar por toracotomía o por videotoracoscopía.
Si el tumor se ha diseminado fuera del pulmón, la mejor opción de tratamiento es la quimioterapia y eventual radioterapia. Puede que sea necesario realizarla después o antes de la cirugía.
Una vez dado de alta, deberá seguir en controles con el equipo de cirugía torácica. El estudio debe ser clínico y con imágenes (TAC de tórax), y estudio dirigido
en caso de síntomas (cefalea, dolor óseo) en busca de recidiva o
metástasis.
El riesgo de desarrollar un “segundo primario” pulmonar es de 1 a 2% por año luego de haber presentado un cáncer.
Asimismo, hay un riesgo
de 1,8% por año de desarrollar un
cáncer extrapulmonar.