La influenza o gripe es una enfermedad viral de alta contagiosidad producida por los virus de la influenza que van mutando con el paso del tiempo. Es una enfermedad muy contagiosa y su periodo de incubación varía entre 1 y 3 días. La transmisión del virus se realiza a través de las secreciones respiratorias del paciente infectado. Entre los mecanismos de contagio los más importantes son la tos, el estornudo, los besos y el cuidado de un sujeto sano con las manos no higienizadas después de tocar secreciones respiratorias de un caso con influenza.
El sujeto infectado con el virus de la influenza es contagioso desde un día antes de comenzar los síntomas y mientras dura la enfermedad, usualmente alrededor de una semana.
Las personas que no se encuentren en un estado de salud óptimo son especialmente susceptibles a adquirirla y a desarrollar complicaciones posteriores.
Es un cuadro de inicio brusco, con malestar general, fiebre, calofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares a los que se suman síntomas respiratorios como coriza (secreción nasal), puede haber dolor de garganta y tos seca y luego productiva (que moviliza secreciones).
La mayoría de las veces el diagnóstico es clínico con los síntomas descritos, sobre todo en los niños mayores de 5 años y los adolescentes y adultos. Es importante es tener en cuenta el período del año en que se presentan los casos de influenza, generalmente hacia fines de otoño e inicio de invierno. Sin embargo, es posible que aun fuera de este periodo se presente casos esporádicos de la enfermedad. En esta situación lo ideal es poder confirmar el diagnóstico con un examen de secreción nasofaríngea en búsqueda del agente viral.
Como tratamiento sintomático se recomienda tomar bastante líquido, y paracetamol o ibuprofeno en caso de fiebre o mucho malestar general.
El tratamiento específico del virus de la influenza consiste en el uso de antivirales, los que deben ser prescritos por un médico.
Es importante tener en cuenta que la enfermedad puede complicarse especialmente en adultos mayores, niños pequeños y enfermos crónicos. Por eso es muy importante prevenir la influenza con la vacunación anual y adoptando cuidados de higiene, principalmente lavado de manos.
Fuente: Pediatría UC