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Enfermedad de la membrana hialina

¿Qué es?


La enfermedad de membrana hialina (EMH) es un cuadro de dificultad respiratoria grave y progresiva que se produce fundamentalmente en recién nacidos prematuros. Se presenta aproximadamente en el 5 a 10 % de los niños nacidos antes del término del embarazo, siendo más frecuente a mayor prematuridad.
Debido a que esta enfermedad se presenta principalmente en niños prematuros, la mejor y más efectiva medida es la prevención del parto antes de término. Para ello, el control adecuado del embarazo se hace fundamental.
En aquellas madres en que ya no es posible frenar un parto prematuro, la administración de corticoides, al menos 24 horas antes del parto, ha demostrado ser una terapia efectiva en la prevención de la EMH, puesto que ayuda a la maduración del pulmón fetal.

¿Por qué se produce?

La enfermedad es producida por falta o déficit de surfactante, que es una sustancia producida en forma natural por los pulmones maduros, y cuya función es evitar el colapso del pulmón, permitiendo que se insufle con mayor facilidad.

¿Cómo se diagnostica?

Clínicamente se aprecia un recién nacido prematuro con respiración dificultosa a los pocos minutos de nacer, con frecuencia respiratoria alta, retracción de musculatura torácica, coloración azulada de piel y mucosas y quejido al respirar. Exámenes de gases en sangre arterial y radiografías de tórax ayudan a la confirmación del diagnóstico.

¿Cómo se trata?

Los niños que desarrollan una EMH requieren cuidados especiales y monitorización en una UCI neonatal. A los recién nacidos que presenten síntomas moderados se les administra oxígeno y presión positiva continua en la vía aérea, mientras que aquellos con sintomatología más severa requerirán conexión a un ventilador artificial, el que ayuda la respiración del niño durante el período de mayor gravedad. Junto con esto, se les administra surfactante artificial a través de un tubo endotraqueal, el que disminuye el colapso pulmonar característico de estos pacientes.
Pese a que el pronóstico de estos niños ha mejorado luego de la introducción del cuidado intensivo neonatal y de terapias específicas, la EMH sigue siendo una de las principales causas de mortalidad neonatal. En el largo plazo, los sobrevivientes pueden desarrollar complicaciones como consecuencia de la toxicidad del oxígeno y de las altas presiones de ventilación mecánica y, en general, tienen mayor frecuencia de enfermedades respiratorias durante los primeros años de vida.
Fuente: Pediatría UC

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