Es una cicatriz patológica, es decir, que no sigue los pasos normales de la cicatrización, sino que continúa un proceso exagerado y excesivo.
Pueden aparecer en zonas de cicatrices operatorias, zonas de piercing (orejas, ombligo, nariz, etc.) o en heridas en distintas partes del cuerpo.
No se sabe bien el por qué se producen ni porque los pacientes que tienen antecedentes de queloides en algunas cicatrices tienen otras normales. Sí existe más predisposición familiar, especialmente en mujeres jóvenes y algunas razas (pacientes con piel oscura).
Los signos más frecuentes son:
Los síntomas más frecuentes son:
Su diagnóstico es clínico; es decir con el antecedente de haber tenido una herida que cicatrizó así exageradamente y su aspecto clínico.
Existen múltiples alternativas de tratamiento. Para disminuir su tamaño y crecimiento se puede utilizar inyecciones de corticosteroides y crioterapia (aplicación de frío en la zona afectada). La extirpación quirúrgica, como único tratamiento, no está recomendado por el alto riesgo de recidiva (vuelve a crecer y puede ser peor). El tratamiento de mayor tasa de éxito actual es la resección quirúrgica acompañada de radioterapia post operatoria. Más información sobre esto en el Programa de Queloides de nuestra Red.