UC CHRISTUS > Especialidades y Servicios > Especialidades > Cirugía Plástica y Reparadora > Cirugía Reconstructiva
En UC CHRISTUS nos dedicamos a reconstruir áreas del cuerpo que han sido dañadas ya sea por traumatismos, quemaduras, cáncer, entre otras, al igual que corregimos anomalías congénitas como malformaciones.
Tras la resección de un tumor de piel -por ejemplo, como consecuencia de un cáncer de piel- suele quedar un defecto que puede afectar la apariencia de la zona afectada. Cubrir este defecto es tarea de los cirujanos plásticos.
Esta cirugía está indicada en personas sometidas a extirpación de lesiones cutáneas, sean benignas o malignas.
Un accidente -laboral, doméstico o automovilístico- puede causar serios daños en alguna de nuestras extremidades. También puede ocurrir que la extirpación de un tumor implique la modificación de ellas. En esas ocasiones, la cirugía plástica contribuye a reconstruir la extremidad superior o inferior dañada utilizando tejidos propios del paciente para recuperar su forma y su función.
Las cirugías bariátricas son una gran solución para aquellas personas obesas que no logran bajar de peso con solo variar sus hábitos. Sin embargo, la rápida pérdida de peso que ocurre en los meses posteriores puede ocasionar alteraciones del contorno corporal (cara, brazos, mamas, abdomen y muslos) tan significativas que requieran de una cirugía plástica para corregirlas.
Los procedimientos quirúrgicos para esta corrección están indicado en pacientes sometidos a intervenciones bariátricas y que han alcanzado un peso estable en el tiempo.
Una quemadura es una lesión de la piel debido al contacto o exposición a un agente externo como el calor, el frío, la electricidad, la radiación solar o algunos productos químicos.
Pueden o no causar dolor afectando distintas áreas del cuerpo. Se clasifican en tres grados dependiendo de la profundidad del compromiso de la piel.
La cirugía plástica se encarga del tratamiento en la etapa aguda y también de la reparación de secuelas derivadas de las quemaduras.
Un traumatismo por contusión o por un elemento penetrante puede ocasionar lesiones en el área de la cara, incluyendo la mandíbula superior, la mejilla, la nariz o la frente. Entre las causas más comunes de un traumatismo facial están los accidentes automovilísticos, las lesiones penetrantes o situaciones de violencia. Las consecuencias de un traumatismo facial pueden incluir cambios en la sensibilidad, fracturas óseas que deforman el rostro, dificultad para respirar, pérdida de dientes, entre otros.
La cirugía plástica se encarga de la reconstrucción del tejido facial sometido a deformación por trauma con el propósito de lograr una apariencia normal o de reparar su funcionalidad. Este procedimiento se indica ante heridas faciales complejas, con o sin pérdida de tejido y/o compromiso de estructuras nobles.
Tras la resección de un tumor de piel -por ejemplo, como consecuencia de un cáncer de piel- suele quedar un defecto que puede afectar la apariencia de la zona afectada. Cubrir este defecto es tarea de los cirujanos plásticos.
Esta cirugía está indicada en personas sometidas a extirpación de lesiones cutáneas, sean benignas o malignas.
La reparación de defectos complejos utilizando medios que amplifican el campo quirúrgico es lo que se conoce como microcirugía. En ella, el cirujano utiliza habitualmente un microscopio para unir arterias, venas y nervios de menos de 2 mm de diámetro del tejido donante a los de la zona en que serán colocados. Con esta técnica, es posible movilizar tejidos corporales del paciente desde sitios alejados del defecto para llevarlos a la zona receptora ya sea piel, músculo, hueso o todos ellos en conjunto.
La microcirugía está indicada, entre otras cosas, en: