QUÉ ES Y CÓMO SE PRESENTA
El tendón de Aquiles es la conexión entre los músculos de la pantorrilla y el talón (sóleo y gemelos con el calcáneo, respectivamente).
Si bien ocurre en momentos de práctica deportiva (fútbol, tenis, entre otros), hasta un 25% de los casos ocurre en pacientes sedentarios. Es mucho más frecuente en hombres entre 35 y 39 años, teniendo una incidencia anual de 18/100.000 habitantes. Si bien es el tendón más fuerte y grueso del cuerpo, también es el que más frecuentemente se rompe.
SÍNTOMAS QUE PRESENTA EL PACIENTE
Se escuchará un chasquido que no dejará caminar normalmente a quien le afecte. Los pacientes relatan que la sensación es similar a la de un “piedrazo” en la cara posterior de la pierna, asociada a la incapacidad para flechar el pie. Al palpar, el especialista notará la falta de continuidad del tendón. Hay casos en que el tendón no se ve incompleto, ya que un hematoma lo rellena. Su tratamiento puede ser médico o quirúrgico, dependiendo de las características del paciente y su entorno. Los deportes con cambios explosivos de dirección son los que más frecuentemente producen esta lesión (fútbol, tenis, entre otros).
TRATAMIENTO
La opción de tratamiento ortopédico o quirúrgico dependerá de las características del paciente y la actividad que realiza. La ventaja principal de la cirugía es ser mínimamente invasiva (bajo porcentaje de complicaciones con herida operatoria), con un retorno al trabajo y práctica deportiva rápido, así como con un riesgo menor de re rotura. Esto debe ir asociado a un tratamiento kinésico desde el primer día postoperatorio.
La rehabilitación kinésica es primordial para evitar secuelas y disminuir el dolor post operatorio. Una inmovilización breve con el pie en posición de puntillas (Equino), pero con apoyo total a través de una órtesis, es una buena opción para evitar usar yeso.