La reparación de defectos complejos utilizando medios que amplifican el campo quirúrgico es lo que se conoce como microcirugía. En ella, el cirujano utiliza habitualmente un microscopio para unir arterias, venas y nervios de menos de 2 mm de diámetro del tejido donante a los de la zona en que serán colocados. Con esta técnica, es posible movilizar tejidos corporales del paciente desde sitios alejados del defecto para llevarlos a la zona receptora ya sea piel, músculo, hueso o todos ellos en conjunto.
La microcirugía está indicada, entre otras cosas, en: