Empiema es la infección del espacio pleural. Más del 90% son secundarios a una neumonía, que es una infección del pulmón que ya ha llegado al espacio que lo rodea. También pueden ser secundarios a perforación esofágica, trauma o un proceso abdominal, pero son menos frecuentes.
En el caso de ser secundario a una neumonía, los síntomas son fiebre, tos y especialmente dolor al pecho y dificultad al respirar. Este cuadro se puede presentar en ocasiones incluso tomando antibióticos. Al presentar estos síntomas, se debe hospitalizar para realizar el estudio del líquido que puede estar infectado. Si se comprueba la infección, el tratamiento se debe realizar con antibióticos endovenosos y mediante una cirugía. Esta es necesaria, ya que el líquido infectado tiende a rodear el pulmón y formar una especie de “cubierta” que no lo deja expandir de manera adecuada (esto provoca dificultad al respirar).
Consiste en la liberación completa del pulmón de la cubierta de fibrina que impide su expansión completa, más la eliminación de todos los tabiques que se han formado en el espacio pleural producto de la infección. Generalmente se puede realizar por videotoracoscopía, que es una técnica que se realiza por incisiones pequeñas en el tórax. Esta permite tener poco dolor en el postoperatorio y una recuperación más rápida.
El hallazgo de células neoplásicas en el líquido pleural y/o pleura determina una neoplasia diseminada o avanzada. En estos casos el tratamiento más importante es la quimioterapia, que en la actualidad ha tenido grandes avances en tratar de controlar estos casos.
El diagnóstico debe ser certificado mediante una biopsia. Esta puede hacerse mediante una toracocentesis o mediante una cirugía.
Sitio tumor primario |
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Pulmón |
Mama |
Linfoma |
Tracto gastrointestinal |
Tracto genitourinario |
Primario desconocido |
Otros |
Frecuencia% |
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37,5 |
16,8 |
11,5 |
6,9 |
9,4 |
10,7 |
7,3 |
Al enfrentar a cualquier paciente con una neoplasia avanzada, nuestro objetivo es aliviar sus síntomas con el método menos invasivo, menos riesgoso, más efectivo y, que idealmente, acorte su estadía hospitalaria.
Siempre hay que recordar que la dificultad al respirar en un paciente con cáncer avanzado puede ser multifactorial (linfangitis carcinomatosa, metástasis cerebrales, dolor, falla cardiaca, derrame pericárdico, ascitis a tensión, etc).
En el caso del derrame pleural, el objetivo es aliviar la dificultad para respirar al evacuarlo y evitar que se reproduzca.
Consiste en la aplicación en la pleura de un agente irritante o esclerosante, el que tiene como objetivo producir adherencias y fibrosis (sellar), evitando así la acumulación de líquido.
Esto se puede realizar a través de una pleurostomía (tubo pleural) o con visión directa en una videotoracoscopía. Esta última es más eficaz y acorta la estadía hospitalaria. Generalmente, este procedimiento se reserva para pacientes con compromiso tumoral (cáncer) en la pleura.