Un nódulo pulmonar es una lesión pequeña, generalmente redondeada u ovalada y se ve como una zona más densa o más dura en el pulmón. Por definición, mide menos de 3 centímetros y si su tamaño es mayor, se habla de masa pulmonar.
En la actualidad, con el aumento en el número de exámenes realizados, el hallazgo de un nódulo pulmonar es muy frecuente. Muchas veces el examen, por ejemplo radiografía o TAC, se hace por otra causa y el nódulo se detecta sin presentar síntomas. En casi la mitad de los TAC de tórax se puede ver algún nódulo pulmonar, pero se debe tener claro que no todos son malignos o preocupantes.
Básicamente hay dos tipos de nódulos pulmonares:
Generalmente no provocan síntomas cuando son menores a los 3 centímetros. No duelen ni producen molestias. Muchas veces se detectan solo en los exámenes de imágenes.
Para ello, es necesario hacer exámenes de imagen y en algunos casos una biopsia. El estudio dependerá de los antecedentes del paciente, por ejemplo, si éste ha fumado, aumenta la posibilidad de tener un cáncer pulmonar.
TAC de tórax: este examen permite ver la forma y las características del nódulo. En algunos casos nos permite definir muy bien si es maligno o benigno.
PET-CT de cuerpo entero: nos permite definir mejor el metabolismo del nódulo y también ver si hay alteraciones en el resto del cuerpo.
Se pide una biopsia cuando no se logra definir la causa o la sospecha es que se trate de un nódulo maligno (cáncer pulmonar o metástasis). En algunos casos puntuales, cuando el nódulo está en la periferia del pulmón, se puede hacer una biopsia con aguja a través de la piel.
Esto se realiza generalmente por videotoracoscopía (operación mínimamente invasiva), que permite extraer el nódulo, hacer la biopsia y en caso de tratarse de un cáncer, hacer el tratamiento de inmediato (se retira el cáncer por completo).