La glándula hipofisiaria tiene el tamaño de un poroto y está ubicada inmediatamente debajo del cerebro, detrás de la nariz. Consta de varios tipos de células, y cada tipo produce una hormona específica. A su vez, cada hormona envía señales a otras glándulas u órganos del cuerpo para desempeñar una función específica. Como la hipófisis afecta tantas funciones del cuerpo, se le llama la glándula maestra.
Los tumores son masas pequeñas y anormales en la glándula hipofisiaria. En la gran mayoría de los casos, estos tumores son benignos (no cancerosos), pero pueden causar desequilibrios hormonales e interferir con la función normal de la pituitaria. Hay dos tipos de tumores hipofisiarios: secretorios (que producen hormonas) y no secretorios (que no producen hormonas). Los tumores secretorios pueden causar una variedad de problemas que dependen de la hormona que producen. Los tumores no secretorios pueden ser problemáticos si crecen demasiado porque ejercen presión sobre la hipófisis o el cerebro, lo que puede interferir con la función normal de la hipófisis. Los tumores de menos de 1 centímetro (cm) se llaman microadenomas, y pocas veces causan estos problemas. Los macroadenomas (1 cm o más) tienden a ejercer presión en la hipófisis o estructuras cercanas.
Los síntomas de los tumores hipofisiarios varían y dependen de si son causados por la masa del tumor o por los cambios hormonales (ya sea un exceso o deficiencia hormonal). Los síntomas también varían de persona a persona. La lista de síntomas posibles es bastante extensa. Entre los síntomas generales que puede producir la masa del tumor (sea secretorio o no secretorio) están dolores de cabeza y trastornos de la visión. Los síntomas de deficiencia de la hormona pituitaria incluyen fatiga, mareo, resequedad de la piel, menstruación irregular e impotencia en los hombres.
Otros síntomas dependen de la hormona afectada. Los tumores que producen la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) pueden causar la enfermedad de Cushing. Los tumores que producen la hormona del crecimiento (GH) pueden causar acromegalia. Los tumores que producen prolactina pueden causarles a las mujeres irregularidad o suspensión de la menstruación, y producción de leche, aunque no esté embarazada. En los hombres, estos tumores pueden producir disfunción sexual.
Después de evaluar sus síntomas, su médico ordenará análisis de sangre para medir los niveles hormonales. También ordenará una resonancia magnética para ver la hipófisis y las estructuras que la rodean. Si encuentra un tumor hipofisiario, ordenará más exámenes para ver qué tipo de tumor es. Su médico necesita saber qué tipo de tumor es para determinar el tratamiento. También pueden ser necesarios exámenes para determinar si el tumor está afectándole los ojos.
El tratamiento depende del tipo de tumor, su tamaño, los síntomas que esté causando y la edad del paciente y su estado de salud en general. Su médico determinará la mejor opción de tratamiento para usted. Algunos tipos de tumores pueden tratarse con medicamentos únicamente o se pueden observar durante un tiempo con resonancia magnética y seguimiento clínico; otros requieren cirugía o una combinación de tratamientos, incluida la radioterapia.
En UC CHRISTUS existe un Programa Integral de Tumores Hipofisiarios dedicado al estudio preoperatorio, tratamiento médico, quirúrgico y complementario además de seguimiento seriado de los pacientes con patología hipofisiaria. Este programa atiende en forma simultánea con las especialidades de endocrinología, neurocirugía, radioterapia y radiocirugía, en estrecha asociación con neuro-oftalmología y neuro-radiología.
Fuente: Endocrinología UC