Es necesario tener en cuenta que para estos días libres hay que tener rutinas que aporten al descanso y crecimiento de niños y niñas y, por lo tanto, si bien variarán algunos horarios y se puede ser flexible, es fundamental mantener en orden las rutinas de sueño, alimentación e higiene, priorizando la alimentación saludable y los horarios para dormir.

"Las jornadas laborales no necesariamente permiten a los padres ver a sus hijos e hijas en este tiempo o, en otros casos, uno de los cuidadores aún sigue en teletrabajo o se acogerá a él para el cuidado de los pequeños, por lo tanto, es importante resguardar los tiempos de trabajo para pasar tiempos de calidad con los hijos", dice Andrea Cáceres, jefa de carrera de Pedagogía en Educación Básica PUC.

Además, las vacaciones pueden ser una oportunidad para aprender con otras experiencias y con la que los papás pueden aprovechar de estimularlas. Tampoco se trata de llenarlos de cosas por hacer. Hay que recordar que el ocio es también parte del aprendizaje. Algunas ideas pueden ser:

• Conversar en familia de qué manera los menores quieren divertirse. Siempre, de acuerdo con la edad y los intereses de todos.
• Establecer una rutina más relajada, pero con rangos de horarios claros para cuando se levanten, coman y duerman.
• Asegurarse de que las actividades que se planifiquen consideren los intereses de los niños.
• Si hay un adulto que pueda acompañarlos, las vacaciones son el momento ideal para hacer actividades al aire libre y diferentes a las responsabilidades escolares.

El tarro del aburrimiento

Las vacaciones son el momento para impulsar la creatividad de los niños. Acompáñalos a descubrir sus habilidades. En ocasiones el aburrimiento también puede responder a una petición de compañía. Si tienes que trabajar, intenta buscar momentos para generar espacios de encuentro y juego.

Una idea es armar un “tarro” del aburrimiento. Se puede poner dentro de un recipiente plástico o un tarro muchos papelitos con actividades que los niños realicen cuando estén aburridos. Y, no siempre es necesario pensar en grandes juegos.

Algunas sugerencias:

• Si ya aprendieron a hacerlo, pueden leer un cuento y dibujar.
• Invitarlos a ser ayudantes en la cocina y que ayuden, por ejemplo, a preparar alguna comida o un postre.
• Un parque, el patio o los jardines, pueden ser un buen lugar para interactuar con la naturaleza.
• Invitarlos a descubrir árboles, pájaros o insectos y a conocer las diferentes texturas que podemos encontrar en las piedras, las ramas, el pasto, entre otros.
• Pasear en bicicleta, jugar a la pelota y cualquier otra actividad recreativa al aire libre es imprescindible.
• Los disfraces siempre son una buena opción. Dejarles ropa que ya no se use u otros objetos con los que puedan inventar sus propias historias.
• Los padres pueden recordar sus propios juegos de infancia. Descubrirán que muchos de ellos son entretenidos también para los hijos.