Melania Delgado, Jefe de RRHH: “En Fundación Ancora UC he podido aportar desde la diferencia”
De nacionalidad argentina, espíritu espontáneo y con nueve años de trayectoria en la organización, Melania ha construido su camino desde la diversidad cultural y su vocación por el acompañamiento a las personas.
Hace 12 años, Melania Delgado cruzó la Cordillera de Los Andes movida por el amor. Hoy es madre de dos hijos y Jefe de Recursos Humanos en Fundación Áncora UC, un espacio donde ese mismo motor vuelve a estar presente: el compromiso con las personas y la vida en comunidad.
El significado de “Ancora”, entendido como ser un ancla en los territorios y sus realidades, conecta de manera natural con sus motivaciones personales y profesionales.
En el Mes de la Inclusión y la Diversidad, Melania comparte su experiencia como migrante y reflexiona sobre cómo la diversidad enriquece los equipos y los espacios de nuestra Red:
- ¿Cómo ha sido tu experiencia viviendo y trabajando en Chile?
Ha sido un proceso desafiante y muy enriquecedor. Llegué a Chile en 2012, me casé con un chileno y desde entonces, mi camino ha tenido varias etapas: trabajé en Recursos Humanos, luego viví un tiempo en Canadá, fui mamá allá, volví a Chile y nuevamente fui madre.
Todo ese recorrido fue también un proceso de adaptación, de construir familia y de insertarme laboralmente desde la diversidad cultural. Actualmente, estoy a cargo del área de Recursos Humanos de Fundación Áncora UC, rol que asumí hace tres años. Antes de eso, también trabajé ahí desde un ámbito clínico, por lo que conozco la organización desde dos lugares muy distintos.
Poder acompañar a los equipos, poner mis conocimientos al servicio y contribuir al propósito final, que son nuestros usuarios, ha sido una experiencia de mucho aprendizaje.
- ¿Qué aspectos de tu identidad argentina están presentes en tu día a día laboral?
Creo que la espontaneidad y la forma directa de comunicar son rasgos muy propios de mi identidad. Tiene cosas muy positivas, como la claridad y la franqueza, pero también desafíos, porque a veces esa forma de ser puede sorprender.
En lo laboral se nota: soy directa, concreta, no me ando con rodeos. Eso, en algunos contextos, puede llamar la atención, pero también creo que aporta honestidad y dinamismo a los equipos.
- ¿Qué ha significado para ti integrarte a Fundación Áncora UC?
Fundación Áncora UC es muy importante para mí. Trabajar en atención primaria implica entender que las personas tienen un rol activo en su propia salud, con un fuerte foco en lo preventivo y promocional.
Para que eso funcione, se necesita compromiso desde la comunidad y desde cada persona, con su historia y su forma de mirar el mundo. En ese sentido, siempre he sentido que mi diferencia ha sido acogida y valorada.
- Desde tu experiencia, ¿Cómo se puede fomentar la inclusión de personas migrantes en los equipos de trabajo?
Creo que lo primero es no dar por sentado que las costumbres, los modos o las formas del otro tienen que ver solo con su personalidad. Muchas veces responden a temas culturales.
Parte del desafío de la inclusión es justamente no asumir que todos compartimos los mismos códigos. En temas como migración, hay muchas cosas invisibles, lenguaje, formas de comunicación, dinámicas, que pueden generar brechas si no se reconocen. La adaptación es mutua: de quien llega, pero también de quien recibe. Y ahí hay un trabajo muy importante que hacer desde las organizaciones y desde los equipos.
- Para cerrar, ¿Qué mensaje te gustaría compartir en el Mes de la Inclusión y la Diversidad?
Estoy muy agradecida de cómo la organización me ha ido presentando desafíos y de cómo he podido asumirlos. Siempre he sentido que mi diferencia ha sido un aporte y no una limitación.
He sido acogida desde ese lugar, donde lo distinto suma y se pone al servicio de un objetivo común. Creo que eso es muy valioso y habla de una cultura que entiende la diversidad como un valor agregado, especialmente cuando el centro de todo son las personas y los pacientes.
















