Rescate

Signos de alarma de un trastorno alimenticio en adolescentes

13/10/2022

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Los Trastornos de la Conducta Alimenticia (TCA) son enfermedades graves y con un potencial de generar daños irreversibles en todos los ámbitos de la vida de un adolescente, en su salud física, en su salud emocional, en las relaciones con seres queridos, en su desempeño académico y también en su futuro laboral.

Aquellos trastornos, si bien se manifiestan externamente con conductas patológicas asociadas a la alimentación, se trata de enfermedades de la salud mental, con un fuerte componente psicológico, donde la autoestima está condicionada al poder sostener dietas muy desequilibradas y a bajar de peso.

“Con mucha frecuencia se acompañan de síntomas de depresión, angustia y pueden ir generando que la persona se aísle de amigos y familia, ya que tienden a mantenerse en secreto. Por lo mismo, el diagnóstico es difícil y muchas veces hay resistencia al tratamiento”, explica la Dra. Melina Vogel, psiquiatra y Jefa de la Unidad de Trastornos Alimentarios UC CHRISTUS (UTAL). Sin embargo, es fundamental el poder intervenir precozmente por un equipo especializado, para evitar que se vuelvan crónicas e impacten profundamente el desarrollo de la persona.

Algunos signos de alarma de un Trastorno Alimentarios en adolescentes son:

Anorexia:

  • Escogen, primariamente, alimentos de bajo contenido graso con bajos niveles de nutrientes, alimentos como la lechuga, tomates, etc.
  • Toman mucha agua.
  • Se aislan, hay cambios de humor y chequeos frecuentes en el espejo, con gran preocupación por el peso y la talla.
  • Frío constante. Generalmente, andan con las manos frías, ropa muy ancha para la talla que es y cubren las manos la mayor parte del tiempo, aunque haga calor.

Bulimia:

  • Evidencia de atracones, que incluye desaparición de grandes cantidades de alimento en poco tiempo o envoltorios y envases que sugieren consumo de grandes cantidades de comida.
  • Buscan excusas para levantarse de la mesa e ir al baño, olor o restos de vómitos en el baño. La aparición de vómitos o reflujo sin enfermedad preexistente debe hacer sospechar.
  • Presencia de envases de laxantes o diuréticos no indicados por el médico.
  • Problemas dentales: caries o perdida de esmalte dental, uso excesivo de enjuagues bucales.
  • Estos síntomas no ocurren necesariamente todos juntos.

Los pacientes con estos trastornos tienen dificultad para armar su propia identidad, tienen profundos sentimientos de soledad. La enfermedad hace que pongan el control sobre el cuerpo, el peso y la comida como una forma inconsciente de aliviarse de otras angustias relacionales que no ven; “si logro comer menos siento control y me siento mejor”.

 “En la Unidad de Trastornos Alimentarios, trabajamos con los pacientes y con su familia, ayudándolos a entender la enfermedad, los acompañamos a identificar las pautas relacionales que mantienen el síntoma, dándoles herramientas para que puedan ser una matriz de apoyo y contención. Como equipo promovemos los procesos de reparación y sanación de los vínculos que le permitan a ellos a dejar la enfermedad y poder avanzar en su desarrollo”, destaca la doctora Vogel.

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