Tener una dieta basada en alimentos saludables puede traer una gran cantidad de beneficios a la población en general, sin embargo, no es un misterio de que los alimentos ultraproecesados, en muchos hogares, es parte del consumo diario.

La Dra. Verónica Irribarra, Nutrióloga de UC CHRITUS, nos comenta sobre la procedencia de los ellos y que vienen de una clasificación denominada Nova, un sistema de cuatro categorías que agrupa a los alimentos según tipo y grado de procesamiento.

¿Qué son los alimentos ultraprocesados? 

Son formulaciones a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, contienen aditivos que dan color, sabor o textura para intentar imitar a los alimentos, productos nutricionalmente desequilibrados. Además, se caracterizan por un elevado contenido en azúcares, grasa total, grasas saturadas y sodio, con un bajo contenido en proteínas y vitaminas, en relación a productos y comidas sin procesar o mínimamente procesados.

En relación a Nova, “ni siquiera los clasifica como alimentos, sino como productos ultraprocesados. Se trata de inventos industriales en base a sustancias que derivan de alimentos o cosas sintetizadas”, resalta la Dra. Irribarra.

Algunos alimentos ultraprocesados:

• Papas fritas en bolsa
• Barras de cereal
• Bebidas de fantasía
• Hamburguesas
• Nuggets
• Galletas
• Entre otros

La relación entre la diabetes y otras enfermedades

Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Sao Paulo, y que ha sido publicado por la Revista de la Asociación Médica Estadounidense, relaciona el consumo de alimentos ultraprocesados con el deterioro cognitivo de las personas.

Sobre esto último, la Dra. Verónica Irribarra, relaciona directamente el consumo de estos alimentos con enfermedades como la diabetes y los accidentes cardiovasculares. Explicando que, el consumo de estos productos altos en azúcares aumenta el riesgo de diabetes, el cual, a su vez, se relaciona con el incremento de enfermedades y accidentes cardiovasculares, las que conllevan un deterioro cognitivo.

La especialista resalta también, el daño a la flora microbiana: conjunto de microorganismos que viven en un ambiente dado, como el aparato digestivo. Su desgaste, producto del consumo de estos alimentos, también tiene efectos cognitivos, ya que,  el tubo digestivo tiene una comunicación con el sistema nervioso central. “La producción de las pequeñas moléculas, producto de la actividad de la flora microbiana, inciden en el ánimo y la función cognitiva”, finaliza.