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¿Por qué los niños necesitan un control oftalmológico preventivo?

12/10/2023

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El sistema visual del niño está en desarrollo principalmente durante los primeros 5 a 9 años de vida. Para lograrlo se requiere la llegada de un imagen nítida a la retina de cada ojo, visión similar en ambos ojos y alineamiento ocular. Si alguno de estos puntos falla se ve amenazado el desarrollo del máximo potencial visual del niño, lo que se conoce como ambliopía.

Las causas más frecuentes de ambliopía son vicios de refracción, estrabismo y privación visual (por ejemplo cataratas), las cuales muchas veces pueden pasar desapercibidas, por eso compartimos esta interesante información para que los padres o familiares estén atentos.

Uso de lentes en niños. Un niño puede necesitar anteojos por varios motivos tales como, corregir vicios de refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo, anisometropía), corrección de algunos tipos de estrabismo y proteger un ojo en el caso de que el otro tenga poca visión. El oftalmólogo puede determinar si un niño necesita anteojos a través de un examen oftalmológico completo, el cual habitualmente incluye dilatar las pupilas con el fin de lograr una medición precisa. 

Estrabismo. El estrabismo es una alteración en la que se pierde el alineamiento ocular y por lo tanto la visión binocular normal. A veces la desviación es evidente y en otros casos pasa desapercibida. Otros signos de estrabismo son posiciones anormales de la cabeza, menor visión en un ojo y guiño. Cuando los ojos están desviados el cerebro percibe dos imágenes distintas (diplopia o visión doble). El cerebro de un niño puede aprender a ignorar o suprimir la imagen duplicada (supresión), perder de la sensación de profundidad (visión en 3D) y disminuir la visión del ojo suprimido (ambliopía), los cuales pueden ser irreversibles si no se tratan oportunamente. 

Un diagnóstico oportuno de estas enfermedades oftalmológicas permite tratarlas y favorecer el desarrollo visual normal.  Es por eso que se recomienda el control oftalmológico de rutina entre los 3 y 5 años o antes en caso de sospecha de enfermedad ocular. 

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