15 de septiembre: Día Mundial del Linfoma
Una fecha instaurada para crear conciencia sobre esta enfermedad, promover su detección temprana y destacar los avances que hoy permiten mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Cada 15 de septiembre conmemoramos el Día Mundial del Linfoma, un cáncer que nace en células de defensa que todos tenemos y que se llaman linfocitos. A diferencia de otros cánceres de la sangre, como la leucemia o el mieloma, que afectan directamente la médula ósea o la sangre, el linfoma aparece sobre todo en los ganglios linfáticos, aunque también puede comprometer otros órganos.
Síntomas a los que estar atentos
Uno de los grandes desafíos del linfoma es que puede confundirse con otras condiciones. El Dr. Vicente Sandoval Aguayo, Hematólogo UC CHRISTUS, explica que “lo más habitual es notar un aumento persistente de los ganglios en el cuello, las axilas o la ingle. También pueden presentarse fiebre sin causa clara, sudoraciones intensas durante la noche, pérdida de peso sin explicación o un cansancio que no mejora”.
Si bien puede presentarse en cualquier edad, ciertos tipos son más frecuentes en adultos mayores y otros, como el linfoma de Hodgkin, en adultos jóvenes. También existen factores de riesgo, como inmunodeficiencias o infecciones virales (VIH, Epstein-Barr), aunque el especialista recalca que “en la mayoría de los pacientes no encontramos una causa clara, y eso es importante transmitirlo: no siempre hay algo que se haya podido prevenir”.
Diagnóstico y tratamientos
En UC CHRISTUS existe un enfoque multidisciplinario que integra cirujanos, patólogos, radiólogos, médicos nucleares y hematólogos para lograr un diagnóstico certero y rápido. “Hoy contamos con herramientas modernas como la citometría de flujo, la inmunohistoquímica especializada y estudios de imagen de alta precisión como el PET-CT. Todo esto nos permite no solo identificar el linfoma, sino también entender qué tipo es y en qué etapa se encuentra”, detalla el Dr. Sandoval.
El especialista enfatiza que la detección temprana es fundamental: “Mientras antes se llegue al diagnóstico, antes podemos iniciar tratamiento. Eso permite que la enfermedad no avance, que el paciente conserve mejor su calidad de vida y que los resultados del tratamiento sean más favorables”.
En cuanto a las alternativas terapéuticas, el Dr. Sandoval explica que “los tratamientos dependen del tipo de linfoma, pero en general combinamos quimioterapia con inmunoterapia dirigida. En algunos casos usamos radioterapia, y en pacientes con enfermedad más agresiva o recaídas, puede ser necesario un trasplante de médula ósea. En UC CHRISTUS ofrecemos quimioinmunoterapias de última generación, siguiendo las recomendaciones internacionales. Además, participamos en estudios clínicos que nos permiten acercar a nuestros pacientes a terapias innovadoras que muchas veces no están disponibles aún de forma estándar”.
Más allá de la atención médica, el acompañamiento emocional y práctico resulta fundamental. “Desde el momento del diagnóstico, el paciente cuenta con un equipo liderado por un hematólogo y una enfermera especialista en hemato-oncología. No se trata solo del tratamiento médico: también se apoya en lo administrativo, la salud mental, la nutrición y los cuidados paliativos si hacen falta. El objetivo es que el paciente y su familia se sientan acompañados y respaldados en todas las etapas de la enfermedad”, asegura el especialista.
En Chile, los pacientes con linfoma cuentan con cobertura GES, lo que garantiza acceso a diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, aún existen brechas en la consulta oportuna. Por eso, el llamado es claro: consultar lo antes posible cuando existan síntomas persistentes.
El Dr. Sandoval concluye con un mensaje de esperanza: “El primer mensaje es que no están solos. Aunque recibir un diagnóstico de cáncer siempre es difícil, hoy disponemos de tratamientos muy efectivos que logran controlar e incluso curar muchos linfomas, incluso en fases avanzadas”.
En este Día Mundial del Linfoma, la invitación es a estar atentos a los síntomas, derribar los temores asociados al diagnóstico y confiar en que los avances médicos permiten enfrentar esta enfermedad con mejores resultados y una atención integral que considera a cada persona y su familia.