Nuestras Historias: Lidia Medina, 20 años acompañando a mujeres con cáncer de mama desde el conocimiento y cuidado
Enfermera de práctica avanzada en oncología, referente en el cuidado integral y una voz comprometida con la detección temprana. Lidia Medina cumple 20 años en el Centro del Cáncer UC CHRISTUS, donde su vocación se ha transformado en un propósito: acompañar, educar y recordar que una mamografía a tiempo puede cambiar la historia.
Con una serenidad que transmite confianza, Lidia nos recibe en su lugar de trabajo, rodeada de pacientes, familias y equipos que ven en ella una guía. Su historia en UC CHRISTUS comenzó casi por un reemplazo, pero la oncología rápidamente se convirtió en su camino.
“Llegué a la clínica a cubrir un pre y post natal en oncología pediátrica. No sabía mucho del área, pero me enamoré de este trabajo. Es una disciplina donde la técnica se une al acompañamiento humano”, recuerda.
Desde entonces, su desarrollo profesional ha estado marcado por la búsqueda constante de conocimiento. Hoy es enfermera de práctica avanzada, una figura pionera en Chile y Latinoamérica que permite una atención clínica más profunda y especializada.
“Somos la primera generación de enfermeras de práctica avanzada en oncología de la UC. Este rol nos entrega herramientas para comprender el cáncer desde la biología, los tratamientos y los efectos secundarios, ofreciendo una atención más integral al paciente y su familia”, explica.
Cuidar con conocimiento y cercanía
Hace años, Lidia decidió enfocar su labor en el Cáncer de Mama, el diagnóstico más frecuente entre las mujeres chilenas. “El 99% de las pacientes que veo tienen cáncer de mama. Es un tipo de cáncer que deja huellas visibles y emocionales profundas: cambia el cuerpo, la rutina y la forma de verse a una misma”, reflexiona.
Con la claridad que da la experiencia, enfatiza un mensaje que considera urgente:
“El cáncer de mama sigue siendo el que más mujeres mueren en Chile, sin embargo, es un cáncer que puede detectarse a tiempo. Una mamografía anual puede salvar vidas. Más del 40% de las mujeres no se la realiza, porque dicen no tener tiempo. Pero son solo 30 minutos al año, un gesto que puede marcar la diferencia.”
Acompañar, formar y generar conciencia
A lo largo de estas dos décadas, Lidia ha acompañado a cientos de mujeres en su proceso de tratamiento, y también ha formado a nuevas generaciones de profesionales. “Trabajar en una institución conectada con la academia nos permite crecer, innovar y mejorar los estándares de atención. La investigación y la docencia fortalecen nuestro compromiso con los pacientes y con el futuro de la oncología”, comenta.
Su vocación se sostiene en la coherencia entre el saber técnico y la empatía cotidiana: escuchar, contener y estar presentes. “He recibido muchos ‘regalitos para el alma’ de pacientes que me han enseñado que cada encuentro importa. A veces una palabra, una mirada o una conversación puede aliviar más que cualquier medicamento.”
Un mensaje para todas las mujeres
Con la convicción de quien ve los resultados de la detección temprana todos los días, Lidia comparte un mensaje directo:
“Si te haces tu mamografía cada año, las posibilidades de vivir superan el 95%. Por ley, tienes medio día al año para realizarte el examen. No postergues ese momento. Regálate esos 30 minutos: pueden significar toda una vida.”
Porque la detección temprana cambia la historia.
















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