La relación entre el cáncer de mama y la nutrición está dada por la importancia de mantener un peso saludable, es decir mantener un peso dentro de rangos normales, ya que ello podría contribuir a una mejor tolerancia al tratamiento y a disminuir el riesgo de aparición de cáncer de mama, nuevamente.

Para lograr un peso saludable, la alimentación juega un rol relevante. Una alimentación saludable y equilibrada significa que el consumo de frutas (5 veces al día), verduras (5 veces al día), granos enteros (arroz y fideos integrales), legumbres 2 veces por semana, carnes magras (pollo o pavo sin piel, si es vacuno prefiera la posta), pescados (2 a 3 veces por semana) y consumir 3 veces al día lácteos bajos en grasa y azúcar.

“Es importante considerar que, se debe evitar los azúcares refinados como los dulces, bebidas y jugos azucarados, además de los productos de pastelería, grasas como es el caso de las frituras y mayonesa, carnes grasas como el cordero y cerdo, y carnes procesadas ya sea embutidos o cecinas”, recalca la nutricionista, Doctorada en Nutrición y Alimentos. Profesor Asistente de la Universidad Católica, Alejandra Parada.

Algunos consejos para mantener una alimentación saludable:

• Intenta crear una estructura para su alimentación, con tiempos de comida definidos.
• Consume tres comidas importantes al día, si tiene hábito de comer entre comidas puede evitar o suprimir el postre del almuerzo y cena, y consumir 2 colaciones como: yogur sin azúcar y descremados, jaleas sin azúcar, fruta o un puñado de frutos secos.
• Intenta comer lo más lento posible, logrando identificar textura de los alimentos y el momento en el cual ya siente saciedad.
• Para momentos de “ansiedad”, prefiere alimentos con bajo contenido energético y alto volumen, como ensaladas, lácteos descremados o frutas.
• Evita comer frente al televisor o a su pantalla del computador, tome su tiempo de comida o colación como lo haría en su trabajo.
• Evita los snacks como papas fritas, galletas, chocolates, ya que contienen grandes cantidades de energía, azúcar y grasas saturadas.
• No olvides el consumo de líquidos. Consume idealmente agua al menos 1,5 litros al día, esto también puede ser como jugos de fruta cocida, saborizar el agua con rodelas o trozos de frutas (ejemplo: naranja, limón, entre otros), té y aguas de hierbas entre las comidas, esto te ayudará a reducir las ganas de comer y a mantener una buena hidratación.
  

Consejos prácticos para cocinar

• Prepara los alimentos al horno, al jugo o a la plancha, y evita freír los alimentos. Las preparaciones horneadas y salteadas necesitaran menos cantidad de aceite para su preparación. Además, requiere de menos tiempo de preparación y reducirá el tiempo que está en la cocina, por los que evitará la sensación de estar el día entero cocinando.
• Cocina guisos con abundantes verduras o legumbres. Estas preparaciones aportan grandes cantidades de fibra lo que ayuda a mantener un tránsito intestinal normal y generar saciedad.
• No olvides lavar y desinfectar los alimentos y conservas antes de consumir. Una buena higiene alimentaria evita síntomas digestivos. Importante lavar las frutas, verduras (excepto ajo y cebollas), huevo y conservas, desinfectarlos. Usar desinfectante comercial de acuerdo con indicaciones o con ½ cucharadita de té de cloro en 1 litro de agua durante 3 a 5 minutos y luego enjuagar con abundante agua.
• Evita el exceso de sodio, considera alternativas a la sal como hierbas secas:  orégano, albahaca, tomillo, laurel y romero; y especias como pimienta, cúrcuma y pimentón.