​La vida de la Dra. Paula Bedregal abarca varias dimensiones, pero todas ellas están enfocadas al servicio público: como académica, médica o consultora de políticas públicas siempre pareciera estar buscando el colaborar con el otro, sin encasillarse. Ha abarcado campos diversos: apoyando el desarrollo de la Medicina Integrativa o la introducción de la psicología y Ciencias Sociales en la Medicina UC.

De los 40 años que lleva en Chile, 30 los ha vivido en la Universidad Católica: como estudiante de Medicina, becada de Salud Pública y Pediatría y, luego, estudiante del Doctorado en Psicología. Nació en Bolivia, hija de un padre político y diplomático (boliviano) y una madre española. Lleva 32 años casada y tiene dos hijos.

¿Cuál ha sido la experiencia profesional más trascendental que recuerda?

​Las experiencias más bonitas son las que he tenido en terreno, haciendo salud pública y pediatría de campo. Recuerdo con mucho cariño mis dos instancias en el altiplano boliviano. La primera en el lado aimara: en que aprendí lo importante que es el respeto hacia las culturas, en escuchar sin juzgar, y aprendí lo engañosas que pueden ser las estadísticas de salud si no se contrastan con la realidad. La segunda con las comunidades quechuas, aprendí mucho sobre lo que es la pobreza del mundo agrícola, pero una pobreza digna y rica culturalmente. Aprendí lo que es ser comunidad, el respeto por la tierra, por los ancestros y la importancia del papel que cada una de las personas tiene en el sustento de cada comunidad.  Atender a niños y niñas con sus madres fue una linda aventura.

Si se le concediera el deseo de implementar una política pública, ¿cuál sería?

Más que una única política pública, mi deseo es que las políticas públicas y el ejercicio de lo público se sustenten en la compasión, como una fuente de transformación social. Es decir, que la motivación profunda por aliviar el sufrimiento y cuidarnos, de acuerdo con las necesidades, sea el incentivo principal para la elaboración y puesta en marcha de políticas públicas. 

¿Qué la motiva a permanecer en la Universidad Católica?

Este 2020 cumplí 30 años en la UC. Me parece mentira, ha pasado super rápido. Me siento afortunada de haber crecido profesionalmente junto la UC. Me ha motivado mucho colaborar en armar cosas nuevas o reestructurar otras: la creación del Departamento de Salud Pública (éramos una UDA), armar el Programa de Medicina Familiar del Niño, colaborar con el fortalecimiento de la Bioética desde la Salud Pública, apoyar también la creación del Magíster de Educación Médica.

De alguna forma, la Universidad me ha permitido desplegar y apoyar campos interdisciplinares que son muy relevantes para resolver los problemas de nuestro tiempo.

¿Por qué se adentró al campo de la medicina integrativa y quienes critican esta práctica?

Básicamente por ser un campo en que en Chile se peca por ignorancia; la población utiliza en un alto porcentaje terapias alternativas y complementarias, suelen no decirle a sus médicos o profesionales de la salud y muchas veces, si les cuentan, los colegas no saben qué hacer con esa información, algunos descalifican u otros no analizan las posibles consecuencias negativas o positivas que tienen.  Todo médico o profesional de la salud, debe estar al tanto de estas prácticas, las evidencias científicas que se están produciendo en este campo, de modo de realizar una adecuada actividad clínica.

¿Algún desafío laboral pendiente?

Trabajar más acompañando a las nuevas generaciones para que brillen, sean creativos, sean mejores personas y construyan un mundo mejor. Ese siempre será mi pendiente, incluidos mi hija y mi hijo.

¿Tiene algún pasatiempo?

Leer, y comprar libros. Me gusta el papel y me encanta esa sensación de pasar las páginas. Leo mucho (novelas históricas y de ciencia ficción mis preferidas), pero también ensayos en el área de política y desarrollo. También me gusta tocar guitarra. Hasta el día de hoy, practico un poquito de guitarra clásica (estudié música hace años). Tocaba flauta dulce mucho, hasta que mi contralto murió (una flauta bellísima de palo de rosa que no he podido encontrar…).

¿Cuál es su mayor motivación?

Difícil pregunta, porque mi motor es la Fe y mi cobijo es mi familia. Me motiva mucho aprender cosas nuevas, o los desafíos. Me aburre la rutina excesiva.

¿Cómo se ve en diez años más?

Me veo en el sur de Chile (me encanta), trabajando en una comunidad pequeña.  

¿Cuál es su mayor triunfo?

Sin duda mi familia y mis amigas. Son fundamentales en todo lo que hago, pienso y siento.

¿Algún sueño que quede por realizar?

Mi sueño oculto es viajar al espacio y ver la tierra desde allá arriba. Por eso no me pierdo película espacial que haya.

¿Cómo ha sido el ser mujer y líder (médico) a la vez?

No es fácil armarse espacios y organizarse con la diversidad de roles que tenemos. Pero he tenido la suerte de contar con una pareja que es un compañero genial. Ya llevamos 32 años juntos y ¡no me arrepiento!

¿Con qué mujer se siente identificada y por qué?

Imposible identificarse con una única mujer. Más bien siento mucha admiración por varias. Aquellas que favorecieron el movimiento feminista, aquellas que escriben y apelan al cuidado de las personas y se desviven por otros, aquellas que son científicas, aquellas que viajan al espacio (qué envidia), aquellas que hacen honestamente política y un etcétera enorme. Últimamente me identifico mucho con mis amigas más cercanas: historia común, heridas comunes, momento de vida y sueños comunes que todavía nos hace proyectarnos y trabajar por estos.