Rescate

“Es una obligación ética darle al paciente la atención de calidad que se merece"

21/12/2020

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Dr. Arturo Grau, oftalmólogo: “Me gustaría que todos entendieran que existen personas con otras características, lo que no las hacen inferiores ni con menos derechos ni menos dignos”.

El doctor Arturo Grau ha vivido como un personaje itinerante, profundamente identificado con España, muy sibarita (lo que declara como un placer culpable), y con un profundo sentido social, que se traduce en un trabajo silencioso pero muy significativo con personas con discapacidad visual.

El doctor Arturo Grau nació en Santiago, sin embargo, vivió sus primeros años en Castro, Isla de Chiloé, donde su papá, médico siquiatra infantil, fue destinado como general de zona. “Era una época muy particular, porque fue un momento en que llegaron profesionales de distintas áreas a la isla. Entre ellos biólogos marinos a Curaco de Vélez, arquitectos, odontólogos y muchas personas de distintas disciplinas. Me acuerdo de ir a alimentar alevines en una de las primeras pisciculturas. Viví esa época donde se juntaban estos jóvenes, quienes entre otras cosas crearon el taller Puerta Azul y salvaron los palafitos. Era un grupo de profesionales idealistas que de alguna manera influyeron en mi niñez", cuenta.

Está casado hace 11 años con Daniela Rebolledo que es periodista y tiene 3 hijos: Arturo IV de 7 años (ha seguido la tradición familiar del nombre), Carmen y Candelaria.  

¿De dónde viene su influencia española?

Mi familia originalmente es de España, tengo abuelos españoles por el lado materno, llegaron del Norte de Burgos de un pueblo llamado Escalada y se instalaron en la VIIª Región, en Linares. Por el lado paterno, mi bisabuelo llegó de Cataluña. Mis papás eran vecinos, mis abuelos se conocieron en el Centro Español de Linares. El resto de mi época infantil todos los veranos los pasé en Linares. Aprendí andar a caballo con mis primos cuando era muy chico y seguimos visitando a nuestra familia en la región.

¿Siempre quiso ser médico, estuvo ese interés por su papá?

Siempre estuvo dando vuelta lo de la medicina obviamente, pero como en 7mo básico me di cuenta que quería ser médico. Antes quedé rallado con la época anfibia de Castro y quería ser Biólogo Marino. Luego entré a medicina y es lo que te decía, esta especie de itinerancia: yo estudié medicina los dos primeros años en la Universidad de Valparaíso, y después me cambié a la Universidad de Santiago.

¿Y por qué eligió Oftalmología?

Fue por decisión personal, no hubo especial influencia de nadie, a pesar de que siempre estuvo dentro de mis opciones la siquiatría infantil obviamente y porque me gustaba. Mi gran mentor es mi padre, tengo la imagen del médico académico, por eso creo que me siento tan bien y orgulloso de trabajar y enseñar en la UC. Y mi madre, que era educadora de párvulos, inspiró mi interés docente. También otro de mis mentores es un tío con quien aprendí mucho del mundo de la cirugía plástica infantil y los niños fisurados, el doctor Luis Monasterio Aljaro. Más avanzada mi carrera, cuando pude conocer más especialidades, tuve la posibilidad de hacer una pasantía con otro tío, el doctor Boris Aljaro, médico oftalmólogo de la V región. También realicé todos los veranos, desde IV año rotaciones en EE.UU, en la Universidad de Yale y Harvard en distintas especialidades, donde se te abre un mundo nuevo. La gente que uno conoce y comparte, me hizo tomar la decisión de elegir Oftalmología y me formé como residente en la UC.

¿Qué actividades disfruta hacer en familia?

Como mi señora, Daniela, es talquina, seguimos vinculados a la VII Región. Entonces buena parte de los fines de semana largos los aprovechamos para viajar a visitar a la familia y pasamos bastante tiempo en San Javier y Talca, y también nos arrancamos a Linares a saludar a mis tíos y primos. Las actividades giran en torno a los niños, sin pandemia íbamos a los parques, a andar en bicicleta. Somo buenos para escuchar música, para ver películas. Durante este tiempo hemos tratado de equilibrar la vida de ellos entre las clases online, para no estresarlos.

Durante la pandemia, ¿cuál fue el momento más desafiante? 

Uno trata de aportar en lo que puede, pero es complicado decir cuál ha sido el momento más desafiante porque ni se compara a lo que ha tenido que pasar otras personas. No sé si es justo responder sin ser egoísta, cuando hay colegas que están en una UCI hace 9 meses y han tenido que vivir la experiencia de pacientes que han fallecido. Lo que podría decir es que hay un desafío de no contagiar a tus cercanos, a los abuelos y familiares, y que los niños no se estresen, que no estén tristes. Mi desafío profesional fue colaborar con el tema de telemedicina en oftalmología, junto a un increible grupo que armamos con colegas de la UC. Es una obligación ética darle al paciente que no se quiere exponer, la atención de calidad que se merece. También puede desarrollar otra área en la que me he especializado como es la Bioética, hice el magíster en la UC, lo que me permitió aportar con las recomendaciones éticas en telemedicina gracias al trabajo con algunos de mis compañeros del Centro de Bioética UC. Otro desafío fue mantener la docencia de los residentes y de los alumnos de pregrado. Organizar webinars y clases, de manera que se sintieran acompañados y que mantuvimos la formación en estos nuevos formatos. Es muy complejo enseñar a distancia, sobretodo a los nuevos alumnos que no alcanzaron a ver pacientes y estar de forma presencial en la universidad. En ese sentido, la activación por parte del departamento del área de simulación en cirugia oftalmológica es importante porque logramos recuperar mucho tiempo docente. Es un  proyecto que logramos implementar gracias al convenio con la ONG internacional ORBIS.

¿Cuál es su pasatiempo favorito?

Me gusta mucho la música y el cine. Puedo disfrutar desde una canción de The Beatles, hasta música clásica y grupos como Metallica o Iron Maiden. Y el cine me fascina, de todos los estilos, puedo sentarme a ver una película de cine clásico italiana con Vittorio Gassman y disfruto con mi hijo, viendo los Avengers, así de variado.

¿Cuál es su comida favorita?

Cuando chico era muy mañoso, pero lo curioso es que me gustaban cosas que pueden parecer raras para los gustos de un niño. Como tengo influencia española, en casa de mi abuela se comían comidas típicas. Cuando vivíamos en España con Daniela durante mi formacion de subespecialidad, volví a rememorar todos los aromas de las comidas de la casa de mis abuelos: mazapanes, tortilla, bacalao y tantas otras. Fue muy emocionante, ya que fue como sentirse en casa. Para mi España es de verdad mi segunda patria, y me siento muy orgulloso de tener las dos nacionalidades. Por eso me gusta mucho la comida, cocinar cosas ricas, picoteos. Yo soy de pescados y mariscos, y por supuesto la carne también. No hago ni postres ni guisos porque no sé como hacerlos.

​Si fuera capaz de cambiar algo en el mundo, ¿qué cambiaría?

Una de las áreas que más me entusiasma son los aspectos sociales de la discapacidad. Con un grupo de profesores de la UC hace cuatro años creamos un laboratorio de innovación social en discapacidad visual que se llama OCULAB UC y con ellos impulsamos proyectos para lograr que que la sociedad comprenda que existen personas con otras características, lo que no las hace inferiores, ni con menos derechos, ni menos dignidad. Estas iniciativas con personas con discapacidad visual no son solo para ellos, creemos en la inclusion plena. En OCULAB organizamos cursos y congresos, conversatorios, proyectos interdisciplinarios para reducir la brecha entre las personas que viven con y sin discapacidad visual; hay profesionales de áreas tan diversas como diseño, trabajo social, biología, medicina, letras y otras. Este año, por primera vez en la Universidad Católica, armamos un grupo docente que coordiné para realizar un curso de formación general de innovación social en salud, gracias al trabajo con la ONGASHOKA. Este trabajo con OCULAB UC ha sido muy gratificante y ha sido un complemento importante en mi vida profesional. He tenido la suerte de aprender mucho, tal como en mi infancia en Chiloé, de los profesionales y académicos con que comparto en la UC.

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