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"La montaña te enseña a soñar y a trabajar duro por un objetivo"

06/04/2021

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Todos cumplimos un rol específico en nuestro trabajo, pero nuestras vidas van más allá de lo laboral. Por esta razón, queremos mostrar otros aspectos menos conocidos de quienes forman parte esencial de la Red de Salud UC CHRISTUS, nuestros médicos, independientemente del cargo y las diversas funciones que desempeñan.

​La doctora Angélica Ibáñez es traumatóloga infantil, mamá de 3 hijos y defensora de la actividad física como algo fundamental para la vida. Si se le pregunta qué otra especialidad médica hubiese estudiado, su respuesta es rotunda: "ninguna". Ella sabe que no podría ser otra cosa que médico traumatólogo, una profesión en el que más de 90% de sus integrantes son hombres.

La hermana mayor de 5 hermanos, Ange, como la conocen, está casada con su marido de “siempre" desde hace 23 años. Estudió en la Universidad Católica pregrado y especialidad, su subespecialidad, por otro lado, la hizo en Londres, en el ínterin tuvo a dos de sus hijos, lo que califica como todo un “desafío". 

¿Qué crees que serías hoy si no hubieras sido médico?

La verdad es que no tendría otra profesión si no fuese médico. Sin embargo, si me lo preguntan, también podría haber elegido el camino del deporte, sería guía de montaña, entrenadora o algo similar. Para mí, estudiar medicina fue una vocación que no tiene un por qué. Supe que tenía que ser médico en algún minuto, así como que sería traumatóloga. Cuando postulé a medicina solo postulé a esa carrera y cuando decidí por Traumatología también. Es como saber que quieres casarte con una persona determinada. 

¿De dónde viene esta relación con el deporte? 

Desde que tengo uso de razón he tendido a hacer deporte competitivo. El que más practiqué fue esquí alpino, de hecho, estuve en el equipo nacional de esquí hasta el primer año de universidad. También jugué hockey, hice atletismo y bicicleta, pero lo más importante era el esquí alpino. Este es un deporte de temporada, donde muchos de los que lo practican hacen doble temporada (invierno en Chile y luego van al hemisferio norte), cosa que jamás hice porque no tenía las condiciones, por lo que el resto del año hacía preparación física.

Así que cuando estaba en temporada de invierno se entrenaba lo más posible. La montaña enseña harto en ese sentido, es duro, pero es muy entretenido y desafiante. A pesar de ser un deporte individual, el equipo con el que se entrena y compite son fundamentales. Yo tenía que luchar con mis papás para que me dejaran faltar lo más posible al colegio, pero me ponía al día. Para mí estudiar no era tan importante en ese momento, pero cumplía de alguna manera.

¿Por qué no te dedicaste 100% al esquí? 

Es difícil hacerlo en Chile, se necesita mucha dedicación y recursos. Por otro lado, mis papás no quisieron que lo hiciera, y sin ese apoyo no era una alternativa.

No me arrepiento. Al final fue bueno porque pude estudiar lo que tenía como vocación, en el tiempo que correspondía, considerando lo larga de esta carrera. Sin embargo, he seguido esquiando, entrenando. Participo en las categorías Máster, para mayores de 25 años, y he estado corriendo en esa categoría durante los últimos años. Además, pude cumplir un sueño: armar la Clínica de la montaña y hacerme cargo por 8 años de la Urgencia de Montaña en dos centros de esquí a nombre de La Católica. Junté la medicina con el deporte que me apasiona.   

¿Qué es lo más importante te que enseñó la montaña? 

La montaña te enseña a soñar y a trabajar duro por un objetivo, pero también, a disfrutar el camino. También una de las cosas importantes que enseña es el trabajo en equipo, pues dependes de tus compañeros y ellos de ti. 

¿Accidentes durante la práctica deportiva? 

He tenido accidentes en distintos deportes, pero ninguno grave, gracias a Dios.

¿Qué otros deportes practicas? 

Siempre he hecho mountain bike, running, he hecho algo de montañismo y escalada y hace algunos años hago uno que me gusta mucho: el esquí randonée, que es perfecto porque te lleva a lugares solitarios y alejados en la montaña, con paisajes maravillosos. Además, hace 10 años que estoy dedicada al triatlón, el que practico a diario en Triatlón UC, un equipo técnico y humano increíble, donde participa también mi familia.

¿Cómo motivarías a las personas a hacer actividad física? 

Me parece que todos debiéramos hacer actividad física, da lo mismo cuál, pero moverse de alguna manera. El cuerpo humano está hecho para moverse, pero la vida actual es super sedentaria, lo cual es un tremendo problema. Hay que atreverse y dar el paso. La diferencia entre una persona que hace actividad física y una que no, es enorme en cuanto a salud, motivación, estado de ánimo, en cómo se para frente a la vida. Es una buena forma de estar sano del cuerpo y de la mente y además recalcar que nunca es tarde para empezar, sólo hay que aventurarse.

¿Cómo lo estás haciendo en cuarentena? 

Entreno igual, aprovecho la franja horaria que hay en este minuto, tanto en semana como el fin de semana. Y cuando no había espacio para salir, entrenaba dentro de casa con bicicleta estática, trotadora o preparación física, pero siempre se hace algo.

Si pudieras erradicar alguna enfermedad, ¿cuál sería?

El sedentarismo. 

Si pudieses titular tu estilo de manejo de equipo, ¿cómo lo llamarías? 

Colaborativo. 

¿Cómo ha sido trabajar en una especialidad en el que la mayoría son hombres? 

Estar en esta especialidad ha sido súper gratificante para mi. Siempre me han tratado bien y como un par. Es una especialidad demasiado entretenida, variada y desafiante. No creo que pudiera haber calzado mejor en cualquier otra.  Hace un par de años formamos con un grupo de traumatólogas: la Asociación de Traumatólogas de Chile, agrupando a todas las mujeres tituladas o en formación, esto considerando que somos el 6% de los traumatólogos en el país. Esto ha sido muy bueno como aporte a la Sociedad Chilena de Traumatología desde otra mirada.

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