Rescate

Conoce el Lado B del Dr. Luis Hidrobo, Dentista Clínico Centro Médico San Joaquín

22/09/2023

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“Siento que nuestra labor es fundamental, es muy gratificante ver como cambiamos la vida de pacientes al entregar una sonrisa que finalmente sana el cuerpo y el alma”

“Desde siempre la carrera de la salud fue una opción. No provengo de una familia tradicional de odontólogos. Por el contrario, soy el primero… Esto fue por vocación profesional”. Así definió el Dr. Luis Hidrobo, Dentista Clínico de la Red de Salud UC CHRISTUS, el que sería su futuro laboral y el que por cierto le traería tantas satisfacciones a nivel laboral y personal.

Este año el Dr. Luis Hidrobo celebra sus “Bodas de Plata”, no precisamente de matrimonio con su esposa Roxana, enfermera matrona y con quien tiene dos hijos, sino que con su profesión, oportunidad en que cumple 25 años desde su primera especialidad en enfermedades de las encías, 23 de los cuales ha tenido la posibilidad de desarrollar en nuestra Red.

Desde su box de atención dental en Centro Médico San Joaquín, el cirujano dentista nos repasa parte de su historia familiar en provincia, sus inicios en la Odontología, logros, pasatiempos y por supuesto de sus sueños.   

El Dr. Hidrobo es oriundo de la Región de Valparaíso, nació en Viña del Mar pero criado en Quilpué. Cuenta que su vida la desarrolló en “La Ciudad del Sol” donde asistió al Colegio Alemán de Valparaíso con sede en esa comuna, donde por cierto despertó también su interés por la música y el deporte. Asegura que su infancia “fue muy interesante porque vivir en provincia es otra dinámica, en una ciudad pequeña donde tuvimos una educación realmente privilegiada”, gracias al sistema subvencionado que mantienen los establecimiento educacionales chilenos con el gobierno alemán. Cuenta que no eran más de 20 a 25 alumnos por curso “con profesores alemanes, libros alemanes, instrumentos alemanes, equipamiento para hacer Educación Física, todo de muy buena calidad”.

Una vez finalizada su enseñanza media, cursa la carrera de Odontología en la Universidad de Valparaíso y así va construyendo su camino en el mundo de la salud bucal. Se traslada a Alemania para obtener un post título en Periodoncia en la Universidad de Münster;  logra la sub especialidad de Cirugía Plástica Periodontal en la Universidad de Chile y se especializa en el diagnóstico y tratamiento de la Halitosis.

¿Cómo se gesta su llegada a la Red de Salud UC CHRISTUS?

Estudié en la Universidad de Valparaíso, donde en ese entonces solo había tres facultades de Odontología en Chile. Luego me fui a hacer el post título a Alemania y retorné a Chile con un cargo de especialidad en el Hospital Gustavo Fricke. Pasó el tiempo y el Dr. Miguel Rioseco, uno de los docentes y odontólogo más antiguo de acá me invitó a formar parte de este proyecto que recién tenía dos box odontológicos a cargo del Dr. Álex Vargas, quien es maxilofacial y tal vez el dentista más antiguo de la Red. De allí empecé a desarrollar mi carrera profesional, oportunidad también donde creció el Servicio de Odontología que pasó de dos a ocho box, con pabellón e incorporación de otros centros de la Red.

¿Qué lo diferencia en su atención profesional?

Yo soy dentista clínico con dedicación exclusiva en la especialidad de Periodoncia o Periodontología, que es  el tratamiento de enfermedades de las encías, pero también de cirugía plástica periodontal como subespecialidad para tratar de corregir las secuelas que pueden dejar la enfermedad de encías, lo que es algo único y que me diferencia aquí en Chile del tratamiento de alteraciones del aliento o halitosis, lo que comúnmente se conoce como mal aliento.

Volviendo a su vida familiar y pasatiempos, destacó la música y la natación como hobbies…

Me gusta la música. En el colegio pertenecí al coro e integré la banda instrumental. Al tener una educación subvencionada por el gobierno con recursos como el alemán, teníamos acceso a instrumentos y profesores de primera calidad. También a mi padre le gustaba la música, el jazz, lo que es determinante cuando uno va “criando” el oído. Toqué trombón y batería… Sin duda, la música cruza toda mi vida.

El deporte es algo que también marca mi vida. Formé parte de la selección de natación del colegio, disciplina que mantengo hasta hoy porque me sirve para nivelar la espalda y mantenerme más o menos firme en esta profesión que es exigente desde el punto de vista físico, neuromuscular y motor de tu esqueleto, entre otros aspectos.

¿Algo más por hacer en la vida?

Todo por hacer. Nada más ni nada menos que tener un concierto en el Madison Square Garden (ríe), yo creo que por ahí va la cosa, y lo digo entre broma y en serio porque está todo por hacer. Encuentro que estoy en una etapa –viene de muy cerca la recomendación y mi mamá también dice lo mismo (ríe)- pero estoy tal vez en mi mejor etapa profesional, donde puedo entregar e interactuar con el paciente y seguir creciendo en la interdisciplinariedad. Desde el punto de los hobbies… todos los que vengan.

¿Qué mensaje le daría a quienes se inician en el camino de la Odontología?

Que se animen los colegas jóvenes que a lo mejor no tuvieron tanto la oportunidad del ejercicio profesional de práctica por pandemia, porque van a ayudar a la enfermedad odontológica, una de las más prevalentes de la salud humana. Es gratificante cuando uno realiza tratamientos adecuados, bien diagnosticados y se transforma en un procedimiento efectivo. Acá es pura felicidad. En pleno Siglo XXI la odontología es sin dolor y confiable.


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