También llamados “crisis transitorias de lactancia” o “brotes de crecimiento”. Durante estos períodos de rápido crecimiento, los bebés y las madres pueden mostrar señales.

En el caso del menor:

• Bebé incómodo e irritable con una alta necesidad de succionar.
• Despierta más veces en la noche.
• Se inquieta durante el amamantamiento, como si estuviera incómodo con el flujo de leche.
• Puede estar irritable después de mamar, sobre todo si ha llorado mucho.
• Manipula el pecho con la mano o el puño, como si estuviera empujando durante la toma.

La madre puede manifestar dudas sobre el aspecto del pecho:

• La mama le parece flácida o vacía, blanda. Percibe menos plenitud en el pecho o de eyección de leche.
• Se siente insegura por su capacidad de producir leche para cubrir los requerimientos de su bebé

Durante estos períodos, el bebé necesita tomar el pecho más veces para poder calmar sus necesidades. Se sugiere:

• Asegurarse de que la técnica de amamantamiento esté correcta.
• Amamantar frecuentemente, según demanda, esto puede variar de 12 a 15 o más veces por día.
• No proporcionar otros líquidos o alimentos, que pueden afectar a la producción de leche.
• La madre necesitará dedicarse más a su bebé, por lo tanto, es importante conocer con antelación estos períodos para considerar más apoyo familiar. Se presentan a los 17 a 20 días de vida, a las 6 a 7 semanas de vida, a los 3 meses, al año de vida y a los dos años de vida.

El período de rápido crecimiento, generalmente, dura 2 a 7 días, después de los que el bebé regresa a lactar con una frecuencia de 8 a 12 veces por día. Si la situación no mejora en 5 a 7 días o el bebé parece enfermo, buscar ayuda profesional.