Llegamos a su consulta que tiene en un sector de su casa (donde atendía hasta antes de la pandemia), de inmediato sentimos esa nostalgia que entrega un lugar lleno de libros, historias y cuentos que seguramente inundan la vida de Osvaldo, Fonoaudiólogo de UC CHRISTUS. De inmediato nos invita a tomar asiento y comenzamos una conversación muy cercana, Osvaldo comienza a relatar cómo ha sido su vida profesional y también personal.

Con 68 años, es parte de nuestra Red desde el año 1988, cuando proveniente del Hospital Sótero del Río, se integró al equipo del Centro Médico San Joaquín, donde se desempeñó de forma presencial hasta la pandemia, ahora lo hace desde la telemedicina.

Nació en la ciudad de Santiago, recuerda una infancia feliz, tranquila, con mucha lectura. Es casado, y tiene tres hijos. Estudió en su adolescencia en el Liceo 15 de La Reina y Fonoaudiología en la Universidad de Chile.

En su biblioteca tiene más de mil libros. En la actualidad, además de leer, ha comenzado a escribir reseñas de cuentos, su género literario preferido. No tiene un libro favorito, es más, se muestra sorprendido con la pregunta, ya que, para él, cada texto le ha ayudado en su desarrollo personal y profesional. “La literatura siempre viene a mi rescate”, nos cuenta.

Su trabajo le apasiona, “poder ser parte de la respuesta, del acompañamiento y tratamiento del paciente y su familia, es fundamental en mi vida”.  Dentro de las diferentes patologías que existen en la Fonoaudiología, la tartamudez es la que más lo entusiasma, “es un desafío que me apasiona mucho, ver como al asumir su tartamudez el paciente florece y le cambia la vida”

¿Cómo se acercó a la Fonoaudiología?

Siempre quise ser médico, postulé a Medicina, justo el año de postulación se creó la carrera de Fonoaudiología (1972). Decidí estudiar esto y me plantee que al año siguiente intentaría postular a Medicina nuevamente, pero me encantó Fonoaudiología, el mundo de las palabras, el lenguaje, el mundo de la rehabilitación del lenguaje y profundizar en la filosofía del lenguaje, resultó ser un mundo increíble que hasta el día de hoy me enamora.

¿Cómo es la relación que tiene con sus pacientes, se forman vínculos?

En mi trayectoria he generado relaciones estrechísimas con pacientes, hay relaciones que mantengo hace más de 20 años, los he visto crecer, niños que recibí a los tres años y ahora son personas adultas. Es una satisfacción tremenda ver como mis pacientes se han desarrollado en sus respectivas habilidades. El abanico de trastornos que trata el fonoaudiólogo es tan amplio que va desde lo más sencillo hasta lo más complejo, lo que lleva a que establecer estrechos vínculos con el paciente y su familia.

¿Qué es lo más lindo que ha sentido en toda su carrera profesional?

La satisfacción de servir. El hecho de servir, de prestar un servicio a una persona que está, en cierto modo, fuera de la sociedad parlante y llevarla de vuelta hablando y comunicándose bien, es un privilegio que como profesional agradezco siempre.

¿Cuénteme un poco sobre su disciplina, cómo ve que se están formando los fonoaudiólogos actuales?

Yo me recibí el año 1977 y pertenezco a la primera generación de fonoaudiólogos que hay en Chile, tuvimos que abrir todo un camino que el día de hoy está en todas las áreas, desde lo artístico hasta el área neurológica y psicológica. Gracias a esta disciplina, hoy podemos encontrar diferentes lugares de apoyo. Esto se logró gracias al constante trabajo de muchos profesionales. Hoy falta un poco de formación en relación a la filosofía del lenguaje, que las escuelas de Fonoaudiología entreguen respuestas a: ¿por qué y para qué hacemos esto? Entender esto me enamoró de mi carrera.

¿Algún hobbie que practique?

El principal es la lectura, ese gusto nace por el lado de la familia materna, mi abuelo, especialmente por él, porque cada vez que terminaba un libro, me regalaba otro. Esta pasión me ha sido tremendamente útil en mi trabajo. Nunca en mi vida he dejado de leer. Sin duda el género que más me gusta es el cuento.

Hace más de 30 años con mi señora participamos en un movimiento de matrimonios donde hemos crecido como pareja fortaleciendo con esto a nuestros hijos y también aportando con nuestra experiencia a otros matrimonios para que sean más felices. El participar en este movimiento es mucho más que un hobbie, ha cambiado mi vida.

Para finalizar, ¿Qué significa para usted ser parte de UC CHRISTUS?

En UC CHRISTUS tenemos una visión de hagámoslo bien. En estos momentos se están creando nuevos centros de atención, lo que da la posibilidad de atender a personas de otros sectores. Te da la oportunidad de atender a paciente con una visión “más allá de”, poder ayudar a la gente que lo necesita.

A la vez, me ha entregado la posibilidad de formarme y formar a futuros profesionales, seguir colaborando exactamente igual con la Escuela de Medicina, conmigo pasan estudiantes de sexto año y becados, es muy lindo el rol de la Docencia Asistencial que existe en la Red.