Rescate

Día Mundial del Autismo 2019

02/04/2019

Comparte
este contenido

Compartir Compartir Compartir

Los trastornos del espectro autista son anomalías del neurodesarrollo. Afectan más a niños que a niñas y su gravedad y síntomas varían caso a caso.

El autismo es en realidad un grupo de anormalidades del neurodesarrollo – llamado Trastornos del Espectro Autista (TEA) - que afectan la actividad del cerebro y ocasionan dificultades en el pensamiento, el lenguaje, los afectos y la interacción social


El espectro incluye desde un leve trastorno hasta un trastorno generalizado del desarrollo.



Señales de alerta


Los niños con TEA no tienen un aspecto físico diferente, sino conductas que deben alertar a los papás. Entre ellas:



  • No sonríen.

  • No intercambian miradas.

  • Tienen un retraso en el lenguaje verbal.

  • No responden a su nombre porque no les interesa la voz humana.

  • No piden ni comparten objetos.

  • No responden a las emociones de los demás.

  • Son monotemáticos.

  • Les molesta la cercanía física.

  • Tienen habilidad para actividades como juegos de computación, construcción o rompecabezas.

  • Tienen una memoria privilegiada.



En el primero, aunque existen conflictos en las relaciones, los niños se integran mejor, van al colegio y llevan una vida más autónoma. En el segundo, los casos más severos, los niños carecen de lenguaje verbal, viven en un aislamiento muy importante y enfrentan mucha dificultad ante los cambios.


¿Cuál es la causa?


Se desconocen las causas de los TEA, aunque los especialistas piensan que existe una vulnerabilidad genética que se asocia con algunos factores ambientales como la edad de los padres al nacimiento (más de 40 años en los hombres y más de 35 en las mujeres), los partos prematuros y el bajo peso al nacer.


Síntomas


Dependen de la gravedad del trastorno e incluyen:



  • Dificultad para usar y entender el lenguaje: los niños centran su atención en unos pocos temas, repiten frecuentemente determinadas frases y su capacidad de hablar es limitada.

  • Dificultad para relacionarse: los niños tienen problemas para interactuar con el resto de las personas y para hacer amigos. Les cuesta hacer contacto visual y reconocer las emociones ajenas.

  • Movimientos corporales o comportamientos repetitivos como reiteración de sonidos o movimiento de manos.

  • Aproximadamente el 80% de los pacientes tienen retraso mental y necesitarán de supervisión a lo largo de toda su vida. Solo el 20% puede llegar a tener una vida más independiente aunque siempre requerirán del soporte de sus familias.


Diagnóstico y tratamiento


Suele hacerse al inicio de la etapa escolar en la que se presentan la dificultad para integrarse porque son niños a los que les cuesta ponerse en lugar del otro y no tienen la capacidad de empatizar con los demás.


El tratamiento dependerá de las necesidades de cada paciente, pero siempre tendrá un enfoque multidisciplinario en el que intervienen, además de los médicos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, psicopedagogos y expertos en psicomotricidad. Pero por sobre todo se necesita una activa participación de la familia así como psicoterapia individual o familiar.

Comparte

Compartir Compartir Compartir

UBICACIONES

Mapa2