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Dra. Isabel Mora, Médico Familiar: “hay que trabajar pensando siempre en las personas”

12/07/2022

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“Lo que más rescato de la relación con los pacientes es la posibilidad de conversar con ellos y de tratar de entender dónde está su problema”.

La doctora Isabel Mora es un torbellino, pero de esos llenos de energía, que al hablar con ella sientes ese impulso que la mueve a no dejar nada en visto, a abarcar lo máximo con la intensidad y las ganas de quien se quiere dejar una huella en todo lo que hace.

Es la mayor de cinco hermanos, y vivió una infancia de sueño en Chuquicamata, lo que la hizo amar el norte. Cuando llegó a Santiago a los 8 años, entró al colegio de religiosas Nuestra Señora del Carmen donde la estimularon y pudo desarrollar todos sus talentos. Fue delegada de pastoral, participaba del Coro, capitana de vóley, de básquetbol y guía en las colonias verano. Allí pudo ser la líder innata que siempre ha sido. De hecho, por motivación propia, ya que su colegio no era inglés, decidió a los 15 años irse de intercambio por 6 meses a Estados Unidos a aprender el idioma. ​

Así de decidida es la Dra. Mora. Amante de las matemáticas, entró a estudiar Ingeniería Civil en la UC donde se reencontró con amigos de Chuquicamata. Su veta social la llevó a estudiar finalmente Medicina en la U. de Chile y luego hizo la especialidad de Medicina Familiar en la PUC. Casada y madre de dos niñas, hasta cantaba en matrimonios con una amiga para generar ingresos en su época universitaria.

¿Qué rasgos de su personalidad destacaría?

Te diría que soy expansiva, que tengo harta energía, que quiero entregar la energía haciendo muchas cosas, que soy responsable y además tengo varios aspectos de liderazgo que son como naturales nomás. Así que trato de ocupar eso de la mejor manera posible.

¿Qué es lo que más le gusta de la relación que usted tiene con los pacientes?

Creo que logro leer en las personas lo que les pasa, enganchar con sus necesidades y trato desde ahí, prestarles ayuda. No solo entregar un medicamento porque hay que entregarlo, porque la evidencia lo dice, sino que pensando desde dónde a la persona le hace más sentido. Entonces solita me llegan varios pacientes de salud mental, hartas mamás con depresión o con ansiedad posparto, por ejemplo. Entonces yo te diría que lo que más lo que más rescato con los pacientes es la posibilidad de conversar con ellos y de tratar de entender dónde está el problema, más que solamente resolverlo.

Esa veta social que usted tiene ¿está resuelta con su trabajo en medicina familiar?

La verdad es que está resuelta en el trabajo como académica. Si yo solo viera pacientes y sólo fuera médico me muero, porque además hay un trabajo súper pesado y porque no sé hacerlo de manera light, no pienso hacer nada light porque todo lo hago con todo, “sino pa´ qué". Todo lo hago con intensidad. El hecho de estar en la academia me permite generar cosas nuevas, pensar en un proyecto de investigación, en qué curso se puede generar. Esa es una mezcla perfecta para mí. Y siento que el aspecto social se ve mucho más abarcado, no solamente desde la medicina, sino que desde la docencia.

¿Cuál ha sido el momento más duro de su carrera que recuerde?

Haber trabajado en Atención Primaria sin haber tenido las herramientas para hacerlo. Porque en la época en que yo estudié medicina todo estaba focalizado a que pudiéramos manejar muy bien los pacientes de un hospital, pero no para manejar los pacientes en ambulatorio. Entonces era muy frecuente que uno se colapsaba pacientes en ambulatorio, porque el ritmo y la exigencia son otras y las responsabilidades son otras. Y no tenía tanta experiencia en la carrera como para llegar preparada para eso.

¿Durante la pandemia ha tenido algún momento desafiante?

La pandemia la viví con mi segunda guagua con tres meses y extendí el postnatal por la pandemia y volví a mediados del año pasado, cuando mi hija tenía un año ocho meses. Así que la pandemia no me pilló como médico si no como mamá. Y eso fue súper rudo porque mi vocación me llevaba a querer estar con mis colegas. Fue muy difícil para mí aceptar que ese momento correspondía ser mamá, cuidar a los míos y quedarme en la casa.

¿Tiene algún desafío laboral pendiente en este momento?

Me quedan muchos, pero es uno de los más importantes es hacer un Magíster en Educación Médica y lo quiero sacar fuera de Chile por un deseo personal. Quiero jugármela. Así que estoy buscando el mejor momento para hacerlo. Probablemente puede ser en dos años más, cuando la más chiquitita ya esté más grande. Creo que ahí me podría sentir ya un poco más completa y el resto podrían ser otras cosas aledañas que vayan saliendo. Pero siempre soñé con tener mi magíster, ojalá fuera de Chile.

¿Le queda algún sueño por realizar?

Tengo sueños locos. Me gustaría algún hacer un curso de doblaje y ponerle mi voz a un monito animado. Me encantaría. Y otra cosa que lo tengo semi conversado es tener un programa radial para hablar de medicina para la gente. Lo otro, quizás con alguna amiga, poner un cafecito que tenga un sector para la música en vivo. Tengo una amiga que es cantante lírica entonces siempre hemos querido que haya un espacio para los músicos, para que ensayen.

¿Qué mensaje mandaría a los integrantes de UC CHRISTUS?

Que hay que trabajar pensando siempre en las personas. Mirar a su equipo, mirar a los pacientes, mirarlos como personas integrales. Así que mi mensaje sería aprendamos a mirar a los demás centrándonos en ello. Con la mirada centrada en la persona cada vez que atendemos, cada vez que hablamos, cada vez que interactuamos, cada vez que hacemos un trabajo en equipo, cada vez que trabajamos en un pabellón. Que nos miremos, que nos reconozcamos en nuestras diferencias y en nuestras similitudes. Que nos potenciemos, pero para eso hay que ser capaz de mirarse y entenderse centrándose en las personas que cada uno somos. ​

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