Mito o realidad: ¿Puede la exposición excesiva a pantallas causar estrabismo o miopía en niños?
Existen ciertas señales que los padres podemos advertir en nuestros niños, las que pueden indicar si se requiere atención inmediata con un especialista.
Los ojos son seguramente uno de los órganos más preciados del cuerpo humano, ya que nos permiten ver, y por qué no, dar sentido a muchas situaciones de la vida cotidiana. Por lo que debemos estar alerta a cómo los cuidamos e identificamos lo antes posible, si estamos sufriendo de alguna patología relacionada con la visión.
La preocupación hoy está puesta en los niños y la exposición excesiva a las pantallas. El debate está abierto entre los oftalmólogos, en el sentido si éstas pueden causar algún grado de estrabismo o miopía.
Según el oftalmólogo UC CHRISTUS, el Dr. Cristian Salgado, advierte que “se ha visto un aumento del estrabismo en los niños después de la pandemia, pero principalmente en pacientes con factores de riesgo”, es decir que cuentan con familiares que tienen estrabismo, o bien, por padecer una patología visual preexistente.
Existen diferentes tipos de estrabismo:
- Niños que nacen con estrabismo y no tienen necesariamente una hipermetropía asociada.
- Otros que están asociados a la miopía, en los que un ojo se va hacia afuera, no hacia adentro.
- Otros asociados a enfermedades inmunológicas, traumas (golpes) o por causas neurológicas específicas.
Algunas señales que los padres pueden detectar
- Referir visión borrosa con uno o ambos ojos.
- Ver doble, al menos al inicio del estrabismo, luego dejan de ver doble por mecanismos adaptativos, que, si bien les permite no caerse, empiezan a perder visión.
- Guiñar excesivamente un ojo.
El Dr. Salgado, quien es también médico especializado en Oftalmología Pediátrica y Estrabismo en la Universidad de Harvard (EE. UU), explica que el examen para diagnosticar el estrabismo consiste en practicar un Cover Test, donde se cubre cada uno de los ojos para observar la alineación de éstos.
Además, en el examen clínico del niño se debe realizar siempre una refracción con cicloplejia, lo que asegura que “con esa información, que no depende de la colaboración subjetiva del niño o niña, podamos saber inmediatamente si un niño de la edad que sea tiene que usar lentes para hipermetropía, miopía y/o astigmatismo, y así corregir el problema óptico, y además, algunos tipos de estrabismo particularmente asociados a hipermetropía”.
Frente a algún síntoma de estrabismo, los especialistas recomiendan tomar medidas inmediatas, ya que esta patología podría desencadenar una pérdida progresiva de la visión o permanente en un menor. El oftalmólogo de UC CHRISTUS advierte que este es un problema que afecta a cualquier edad. Sin embargo, en los niños se trata para evitar la pérdida de la visión e intentar recuperar la visión binocular.
Asimismo, comenta que el tema del estrabismo “es un tema (para los preadolescentes y adolescentes), que les complica, y eso lleva como consecuencia secundaria una mayor probabilidad de sufrir bullying, y nosotros lo consideramos a la hora de tomar la decisión de operar, junto a los padres”.
Recomendaciones del especialista:
- Que niños menores de 2 años no tengan contacto con pantallas (de ningún tipo).
- Que la exposición a las pantallas, entre los 2 y 5 años, no sea más de 1 hora al día.
- Para los más grandes se sugiere regulación progresiva en el uso de las pantallas.
Si bien primero nos referimos en extenso al estrabismo, el Dr. Salgado también explica que el estar expuesto a las pantallas también puede generar otra patología como es la miopía. “Este es un gran problema que tenemos y sí está demostrado. Post pandemia se ha visto un aumento de miopía en todas las edades”, dice el especialista.
Otra molestia que puede ocurrir es la fatiga visual, donde los ojos sufren de resequedad al estar por mucho tiempo expuestos a una pantalla.
El mundo está cambiando y con ello el uso de la tecnología, que involucra una alta exposición a todo tipo de pantallas. Es por ello, que los oftalmólogos hacen un llamado a los padres a estar atentos ante cualquier síntoma o señal de un posible problema a la vista en sus hijos, y acudan inmediatamente a un especialista.