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Cecilia Vizcaya, Pediatra Infectóloga "Cuidar a un niño es acompañar a toda su familia en el camino"

02/04/2025

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Con más de dos décadas dedicada a la pediatría y la infectología infantil, la Dra. Cecilia Vizcaya ha convertido su carrera en un compromiso profundo por mejorar el futuro de los más pequeños. Combina su experiencia clínica con la enseñanza académica, siempre impulsada por una empatía genuina hacia las familias que atiende día a día.

Llegó desde Concepción a Santiago cuando era niña, criada en una familia numerosa donde la colaboración y el cariño eran esenciales. Hoy, como mamá de tres hijos, reconoce en su propia maternidad la fuente de su sensibilidad profesional. Su esposo, un ingeniero comprometido, ha sido un compañero clave en este camino. Para Cecilia, la medicina es inseparable de las historias humanas que ha conocido y acompañado; historias que transformaron su visión sobre el verdadero significado del cuidado, del trabajo en equipo y de la fortaleza familiar.

¿Qué la motivó a dedicarse a la pediatría?

Siempre supe que quería trabajar con niños. Cuando estudiaba medicina, comprendí que intervenir en edades tempranas puede cambiar por completo el futuro de una persona. Ayudar a las familias en un momento tan crítico es una motivación enorme, porque ves cómo una buena atención en la infancia puede marcar positivamente el resto de la vida.

¿Por qué eligió especializarse en infectología infantil?

Tuve profesores en microbiología muy inspiradores en la Universidad de Chile, y luego en la beca en la UC. Me gustaba ver al paciente como un todo, no solo como partes del cuerpo. La infectología me permitió justamente esa visión integral, especialmente con pacientes inmunocomprometidos, como niños trasplantados o con VIH, que necesitan un acompañamiento continuo y profundo. Ahí sentí que podía aportar más.

¿Existe alguna experiencia en particular que haya marcado profundamente su carrera?

Cuando era becada, conocí a una paciente muy especial, una niña con una infección grave. Me encariñé con ella y su familia. Ese vínculo tan cercano me permitió entender lo vital que es el apoyo emocional y familiar en el tratamiento. Desde entonces, cada paciente complejo me recuerda a esa familia y renueva mi convicción de que la medicina va más allá del diagnóstico.

¿De qué manera ser mamá ha influido en su práctica como pediatra?

Ser mamá de tres hijos me ha hecho más empática. Me permite comprender mejor a los padres que llegan angustiados, frustrados o preocupados. Muchas veces he tenido que atender pacientes dejando a uno de mis propios hijos enfermo en casa, y eso no es fácil. Pero precisamente esa experiencia me ayuda a ponerme en el lugar de otros padres y madres. Ser mamá es una fuente constante de aprendizaje y comprensión en mi profesión.

¿Cómo ha evolucionado su forma de ejercer la medicina con los años?

Con la experiencia he aprendido a leer más allá de las palabras. Ahora capto mejor los mensajes no verbales, los silencios, las miradas, la ansiedad de los padres. También he comprendido que mientras más sabes, más consciente eres de todo lo que aún queda por aprender. Eso me ha enseñado humildad y a darle prioridad a lo verdaderamente importante en la atención de mis pacientes: su bienestar integral y el de sus familias.

¿Qué rol juega su familia en su vida profesional y emocional?

Mi familia es un pilar fundamental. Acabo de celebrar 25 años de matrimonio con mi marido, quien es un gran compañero y un padre muy presente. Mis hijos son cariñosos y colaborativos, y en casa siempre nos apoyamos entre todos. Ese ambiente familiar cálido es clave para enfrentar con energía y equilibrio los desafíos de mi carrera profesional.

¿Qué desafíos observa actualmente para las mujeres en el área de la salud?

Creo que el mayor desafío es lograr un equilibrio sano entre la vida profesional y personal. Las mujeres a menudo cumplimos múltiples roles, y conseguir ese equilibrio es complejo, especialmente en salud. Por suerte, he contado con apoyo familiar y profesional, algo que considero fundamental. Pero sé que aún hay muchas mujeres que no cuentan con ese respaldo, y debemos avanzar para que esa realidad cambie para todas.

¿Qué disfruta hacer en su tiempo libre?

Disfruto mucho de las cosas simples: tejer, caminar, juntarme a tomar café con mis amigas y cantar en el coro de la facultad. También hago algo de natación y me encanta visitar a mis padres, quienes ya son mayores. Cada actividad que hago fuera del hospital es un espacio para reconectar conmigo misma y recargar energías para continuar entregando lo mejor en mi trabajo.

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