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El estrés podría ser un factor silencioso para desencadenar y complicar la diabetes tipo 2

01/07/2025

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Aunque históricamente se ha atribuido a la genética y la alimentación, la evidencia científica muestra que sería un detonante clave en el desarrollo de la enfermedad y en su manejo diario.

Durante años, se pensó que la diabetes tipo 2 dependía casi exclusivamente de la herencia genética y los hábitos alimentarios poco saludables. Sin embargo, hoy los especialistas advierten que el estrés crónico, una tensión constante y prolongada, puede abrir la puerta a esta enfermedad silenciosa y dificultar su control en quienes ya la padecen.

Estudios recientes han reforzado esta hipótesis. Una investigación publicada en la revista Cardiovascular Diabetology, demostró que altos niveles de estrés crónico se asocian con aumentos en la glicemia, incluso al controlar factores como la alimentación. Algo similar reveló un análisis de 18 estudios internacionales, donde se comprobó que el estrés laboral sostenido incrementa significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

El Dr. Javier Vega, nutriólogo y diabetólogo UC CHRISTUS, explica que el estrés activa hormonas de contrarregulación que elevan la glucosa en sangre por más tiempo. “Esto acelera la aparición de la enfermedad en personas con predisposición genética, resistencia a la insulina u obesidad”, detalla.

El impacto del estrés va más allá de la glicemia, la tensión constante genera un estado metabólico que propicia el almacenamiento de grasa visceral y una mayor resistencia a la insulina, cerrando un círculo vicioso difícil de revertir. A nivel hepático, el estrés también disminuye la efectividad de la insulina, limitando la capacidad del organismo para regular la glucosa. Además, puede alterar la calidad del sueño, otro factor que, indirectamente, aumenta la inflamación y el riesgo de diabetes.

Para quienes ya conviven con la enfermedad, los especialistas advierten que el aquel estado puede dificultar el tratamiento. “Al aumentar la resistencia a la insulina y generar ansiedad, muchas personas desordenan su alimentación y suben de peso, complicando aún más el control”, advierte el Dr. Vega.

Los expertos coinciden en que controlar el estrés no siempre depende de la voluntad individual, sino que requiere políticas de bienestar y promoción de estilos de vida saludables. Mientras tanto, recomiendan hábitos clave para reducirlo: actividad física regular, mindfulness y buen descanso.

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