Rescate

Superar el dolor físico, un esfuerzo en equipo

El dolor lumbar es aquel que se siente en la columna, a la altura de la cintura, que puede o no extenderse hacia los glúteos o por detrás de las piernas. “En general aumenta con los movimientos y disminuye con el reposo, no debería asociarse a otros síntomas como vómitos, náuseas y molestias gastrointestinales”, explica el doctor Mauricio Campos, traumatólogo UC CHRISTUS y jefe del Departamento de Traumatología de la Facultad de Medicina UC.

Cuando las molestias en la parte baja de la espalda son recurrentes durante un periodo prolongado de tiempo y no ceden pese a las terapias tradicionales, el Centro Interdisciplinario de Manejo de Dolor promete acompañar a sus pacientes a descifrar el por qué esto sucede y brindarle alternativas para rehabilitarse.

Fernando, por distintos problemas médicos, presentaba un dolor lumbar persistente y veía con frustración como las terapias tradicionales no le funcionaban. “Cuando uno sufre una dolencia la vida cambia para bien o para mal, yo pasé la etapa negativa. El Fernando anterior era muy activo y el dolor me estaba mermando, me costaba mucho realizar cosas básicas”, describe. 

Cuando uno sufre una dolencia la vida cambia para bien o para mal, yo pasé la etapa negativa. El Fernando anterior era muy activo y el dolor me estaba mermando, me costaba mucho realizar cosas básicas

En ese momento fue cuando recibió la recomendación de asistir al Centro Interdisciplinario de Manejo de Dolor UC CHRISTUS; que cuenta con un equipo de profesionales destinados a orientar a pacientes con dolor: anestesiólogos, psicólogos, médicos familiares, kinesiólogos, psiquiatras, enfermeras, traumatólogos e investigadores médicos.

Allí, Fernando encontró a quien sería su guía en los próximos meses: la doctora Francisca Elgueta, anestesióloga miembro del Centro. “Fernando tenía un dolor crónico muy invalidante de la zona lumbar que le impedía caminar e incluso moverse”, cuenta Elgueta. 

Pese a que la mayoría de los pacientes que padecen dolor lumbar no suelen requerir atención médica, pues éste desaparece sin tratamiento, existe un grupo cercano al 5 o 10% que necesita ser evaluado y requiere medidas adicionales que pueden ir desde tratamiento farmacológico y kinesiología hasta intervención quirúrgica. 

Este fue el caso de Fernando, a quien se le realizó un bloqueo facetario más una infiltración transforaminal: inyección de analgésicos y corticoides directamente en la zona lumbar afectada. “Con este procedimiento nos fue bien, pero lamentablemente duró poco el alivio del dolor. Lo que hicimos a continuación fue lo mismo, pero haciendo una neurolisis, una lesión térmica en el área y que puede ser más duradero”, relata la doctora Elgueta.  

Desde ese entonces, Fernando ha podido retomar una movilidad significativamente mejor y el cambio se le nota en el semblante día a día. “Uno de repente con el dolor se ciega a la ayuda, pero hay que buscar y no cerrarse”, finaliza. 

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